Una vez un discípulo se adhiere durante un tiempo a las enseñanzas de su Dharma y sigue las leyes de la corte, alcanza un estado de desarrollo espiritual que abre su mente y su cuerpo a un nivel superior de poder y magia interiores. En este estado de la existencia, denominado ling, se corresponde con la primera comprensión de la potencialidad del propio poder y lo que es más importante, del modo de controlarlo. Alcanzar el ling es un gran logro para un discípulo; es la primera de muchas epifanías que encontrará en el camino hacia la culminación de su Dharma.
Los vampiros que han alcanzado el ling se denominan jina, un término antiguo que define a un gurú espiritual. La obtención de esta categoría es un acontecimiento importante en la sociedad Kuei-jin, además del aumento de prestigio, los jina también tienen la responsabilidad de instruir a los discípulos.
Tras alcanzar el rango, el vampiro recibe a uno o varios discípulos a los que tendrá que servir como guía espiritual: ésta será su principal responsabilidad. Estos jóvenes son el futuro de las Cortes Kuei-jin y su jina será la primera influencia formativa que reciban. Como la casta más numerosa después de los discípulos, los jina alimentan los fuegos espirituales de todos los Catayanos.
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