Los koan, acertijos que desafían cualquier respuesta lógica, ofrecen al estudiante una idea aparentemente ridícula que le obliga a meditar sobre ella hasta que comprende su significado. La famosa "palmada con una sola mano" es un buen ejemplo, aunque casi todos los koans son mucho más exóticos.
Las historias Zen miden el tiempo necesario para "resolver" adecuadamente un koan en años o incluso en décadas; para lograrlo hay que elevarse sobre las preconcepciones y razonar de forma instintiva (y a menudo silenciosa).
Los maestros vampiros crean sus propios koans, normalmente de extraordinaria dificultad. Sin embargo, cuando se alcanzar la comprensión el dên no suele andar lejos.
Nota: La famosa "palmada con una sola mano" es aquel en el que el maestro da un aplauso y dice:
«Este el sonido de dos manos, ¿cuál es el sonido de una sola mano?»
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