A veces un buscador se limita a sentarse y a meditar. Adoptando la posición del loto, elimina cualquier pensamiento que pueda distraerle (toda una proeza en sí misma) y envía su percepción en tangentes increíbles. Se sabe de ascetas mortales que han meditado hasta que su piel se abrió y sus estómagos quedaron vacíos, pero los vampiros tienen menos paciencia y disciplina.
A pesar de ellos, un Kuei-jin entrenado puede meditar profundamente durante noches, incluso semanas, antes de que el hambre destruya su concentración.
En este estado de trance puede emplear diversos poderes espirituales, o simplemente situarse al borde de la iluminación. Cuanto más dura la meditación, más probable es que se saque algo de ella.
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