Al terminar le dejé vivir.
Nos despedimos con el trino de los pájaros. Con cuidado, tomé la blancura de su hombro escarlata y le besé con labios que sabían a jade. Con un golpecito juguetón le dije que se marchara.
Sus lágrimas fueron la primera vida que alegró mi hogar.
Las costumbres de Oriente difieren de las de Occidente, a veces de forma sutil y otras de modo muy evidente. En esta sección se presentan sistemas que cubren diversas acciones al alance de los Kuei-jin. Aquí se cuantifican las similitudes y diferencias entre ellos y los Vástagos, describiendo cambios respecto a la curación, la diablerie y otros proceso básicos.
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