Sesenta millones de personas viven en Tailandia (del tamaño aproximado de Tejas), unos ocho de ellos en Bangkok, una ciudad más famosa que nunca en la Quinta Edad por el vicio, la prostitución, las drogas, el crimen y la humedad. Su nombre en Tai es Krung Thep, "La Ciudad de los Ángeles". Como ocurre con los Ángeles California, el nombre crea muchas más expectativas de lo que se ofrece en realidad. El tráfico es un atasco permanente y toda la ciudad parece una costa de sal y sudor por culpa de la polución de los autos occidentales.
Bangkok es rica, pero ha logrado su riqueza sobre los cadáveres de los menos afortunados en una desesperada demostración de autodestrucción. Los millones que viven en la ciudad y que llegan constantemente fuerzan una infraestructura ya deficiente, dejando grandes huecos para que los wu y las Cortes Doradas se hagan con el control de grandes zonas en los distritos más deprimidos.
Un Lugar Tal de Villanía y Maldad
El comercio del vicio en Bangkok es legendario en todo el Sudeste Asiático y el Reino Medio. La prostitución satisface todos los fustos, por muy perversos que sean y los principales broker hacen todo lo posible por procurar mujeres y niños de todas las edades. Estos desgraciados, que normalmente proceden de las zonas más pobres de la propia Tailandia, son engañados para prostituirse con promesas de riquezas y un trabajo seguro en Bangkok o son simplemente raptados y obligados a trabajar sin contraprestación alguna. Entre los "pueblos de las colinas" del norte del país, los líderes tribales suelen vender a jóvenes de 11 y 12 años para los negocios de tratas blancas dirigidos por wu emprendedores.
Los resultados son evidentes: una población rural aterrada y sometida a los señores del crimen de Bangkok y todo tipo de enfermedades de transmisión sexual que asolan a los nativos y a los turistas. Casi la mitad de la población ha contraído el VIH o se espera que lo haga hacia el fin del milenio. Aquellos que ignoran las recomendaciones del gobierno sobre el trato con personas con el VIH o el SIDA terminan en una colonia especial de "leprosos" o en un centro de detención, donde supuestamente se consumen hasta morir en cautividad.
Como ocurre con el resto de la región, el tráfico de drogas está totalmente prohibido y conlleva una pena de cadena perpetua, cuando no la muerte. A pesar de todo, esta dureza no ha impedido que el comercio florezca en Bangkok. Las Cortes Doradas tienen una cierta influencia sobre las entradas de opio y heroína, y consiguen seguir en el negocio sacrificando de vez en cuando a la policía a algunos lacayos mortales. Las Cortes Doradas están bastante satisfechas con la situación actual de Tailandia. La podredumbre social del país, empeorada por la participación cada vez mayor de la población en todo tipo de actividades ilegales, les permite florecer y alimentarse de la miseria. Los Vástagos que viajan a la ciudad suelen perderse en esta orgía de placeres sencillos, bajando la guardia y permitiendo el ataque de los Kuei-jin. Como dice la canción, en Bangkok no hay mucha distancia entre el éxtasis y la desesperación. Para las Cortes Doradas, las dos son lo mismo.
El Barrio Chino
El Barrio Chino de Bangkok ha sido desde hace más de 200 años la embajada de China en Tailandia. La zona está llena de mercados callejeros, tiendas de hierbas y algunos Kuei-jin chinos expatriados, especialmente de la Corte de Hueso (que ha desarrollado una cierta simpatía hacia las Cortes Doradas). Como ambos grupos dependen en gran medida de magias ocultistas, tienden a mantener buenas relaciones. Los discípulos de la Corte de Hueso ayudan a los wu de las Cortes Doradas en su búsqueda de víctimas y el aislamiento del Barrio Chino permite a los Kuei-jin del Hueso ayudar a ocultar el comercio de drogas a ojos de las autoridades.
Bares
Hay muchos bares en Bangkok, todos dedicados a un solo negocio: el sexo. Van desde locales cutres con niños y niñas prostituyéndose hasta establecimientos de lujo con señoritas que sirven a los clientes y hablan con ellos durante horas, si es necesario. Todos estos lugares ocultan casas de opio o heroína, o sirven como guías para llegar hasta ellas. Los Kuei-jin de la ciudad coordinan todos estos negocios desde los despachos de los locales.
Mercados Callejeros
Los puestos callejeros de Bangkok están abiertos hasta el anochecer, momento en el que se abre el mercado negro y se venden gemas, drogas, pornografía y falsificaciones de la moda actual. A una hora de Bangkok se encuentra el Mercado Flotante de Saduak, al que se accede con botes o con unas barcas que recorren arriba y abajo el Río Chao Phraya. El Mercado Flotante es un centro de contrabando, aunque los Kuei-jin que quieren beneficiarse de él han tenido desagradables encuentros con los cambiaformas Zhong Lung de la zona, poco numerosos pero muy territoriales.
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