Nuestra fuerza es imparable.
-Mao Zedong
Para los Vástagos occidentales, la existencia de los Kuei-jin sigue envuelta en el misterio. Aunque algunos vampiros aislados han decidido probar la dulce fruta de Oriente, los que lo hacen suelen ser olvidados por sus Clanes. Della Passaglia y su pequeño grupo se niegan a comunicarse con la Camarilla y lo máximo que ha logrado Oliver Thrace ha sido reunir a un grupo de traficantes y prostitutas en una ciudad que funciona de un modo muy similar a una capital occidental. A pesar de la velocidad y la tecnología del mundo moderno, la Camarilla teme que los Kuei-jin sigan siendo un misterio durante los próximos cinco milenos. Se equivocan.
Hong Kong es el primer paso. El Quincunx ha situado soldados y material por toda la ciudad desde la devolución y otros enclaves de dominio asiático en Occidente han visto la llegada de avanzadillas Kuei-jin, concentrándose en los barrios chinos de Nueva York, Boston, San Francisco y otras grandes urbes. La ciudad libre de Vancouver, en la actualidad gobernada por una tregua entre los Vástagos y los Lupinos, ha visto un aumento en la actividad de los Bishamon, que disponen de un refugio. La naturaleza insular de este microcosmos proporciona la cobertura perfecta para que los Kuei-jin se muevan sin ser detectado ni por los Vástagos ni por los mortales.
Para el Quincunx la pregunta no es si tacarán, sino cuándo lo harán. Cuando la Corte de la Llama regrese a sus manos comenzará El Gran Asalto. Los Vástagos siempre han querido conocer la naturaleza de los Catayanos y las Cinco Cortes Augustas están dispuestas a enseñarles... hasta que deseen no haber oído hablar jamás de los Kuei-jin.
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