-Walter Pater
El Reino Medio, como llaman los Kuei-jin a su vasta porción del planeta, comprende más de un tercio de la superficie terrestre y a la mitad de su población. Es el mayor secreto del Mundo de Tinieblas; los clanes occidentales han visto solo parte de su majestad y apenas la comprenden. La Camarilla, el Sabbat y los Clanes Independientes perciben a China, Japón, Corea y los países del Sudeste Asiático de un modo similar a sus contemporáneos hace quinientos años: como reinos sobrenaturales de inimaginable poder y riqueza.
En Parte tienen razón. El Reino Medio tiene una atmósfera etérea, pero no la que los Vástagos creen. Los países de Asia, tanto en su capa mortal como sobrenatural, no están construidos del modo con el que los clanes de Occidente están familiarizados. Gran parte del continente está gobernada por regímenes represivos: la ley, la prensa, la economía y la libertad de movimientos y reunión suelen regularse de forma estricta, a veces brutal.
Los Vástagos acostumbrados a sobrevivir en una ciudad alimentándose de los grupos y subculturas marginales se encontrarán perdidos en la mayoría de las ciudades asiáticas. En muchos lugares, los lujos asumidos en Occidente (medios de comunicación masiva, bienes y servicios instantáneos, transportes sencillos) son escasos, si es que existen. Y solo hablamos de los mortales. Los Kuei-jin y otros shen del Reino Medio forman una de las fuerzas más formidables de todo el Mundo de Tinieblas. Los pocos Vástagos que han tenido contacto prolongado con los Catayanos siguen perplejos por la existencia de estos nativos, dueños de extraños poderes y magias, de resistencias e inmunidades a males que harían caer al más fuerte y preparado de los occidentales.
Los Kuei-jin del Reino Medio difieren de los Vástagos prácticamente en todo, aunque su existencia es tan sombría como la de los trece clanes. Las alianzas que se forman, las reglas que todos siguen y los métodos necesarios para sobrevivir reflejan la principal norma en una cárcel como el Reino Medio: no hay salida. La Quinta Edad avanza, las reservas de Chi disminuyen y el Cielo ha vuelto la espalda a la tierra. Oriente está superpoblado y sumido en la desesperación y la violencia. La fricción de las incesantes revoluciones del Gran Ciclo afecta a todos los habitantes del Reino Medio de formas que los occidentales no comprenden, y que probablemente sean incapaces de comprender jamás.
Esta sección está dividida en tres partes. La primera trata de la historia de los Kuei-jin y el Reino Medio a través de las diferentes fortunas y Edades. La segunda habla del mundo moderno y la última se encarga de los Mundos Yin y Yang que se ocultan más allá de la percepción de los humanos (pero no de los Kuei-jin).
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