El desembarco de los bárbaros occidentales (un anuncio de la Quinta Edad) hizo que los restos de la Tortuga Negra, el Tigre Blanco y el Emperador Amarillo se pusieran de acuerdo. Bajo el nombre de Concilio de Dragones, los Ancestros de estas Cortes se reunieron para determinar el futuro de los Catayanos en el Reino Medio, a la luz de las sanguijuelas extranjeras y la aparición cada vez mayor de akuma. El resultado del encuentro fue un acuerdo denominado Tratado de Quincunx que unía a los Ancestros de esas tres primeras Cortes en una nueva estructura de Cinco Cortes Augustas que gobernaría toda la población Kuei-jin del Reino Medio.
Las Cortes del Dragón Celeste y el Fénix Escarlata, acomodadas entre gentes extrañas (sureños, coreanos y japoneses), fueron sumariamente desheredadas y calificadas de akuma. El Quincunx, acordado por los ancestros de Pekín (la Corte de Sangre), Shanghái (la Corte de la Carne), las provincias fronterizas meridionales (la Corte de la Llama, más tarde desplazada a Hong Kong), Chongquing (la Corte de Hueso) y la gran ciudad de Changan (la Corte de Jade), prometió crear, hacer cumplir e interpretar las leyes de los Kuei-jin en todas las Cortes bajo su auspicio. Las Cinco Cortes Augustas constituyeron el Quincunx como la máxima autoridad y el elemento protector de China y por extensión de toda Asia. Respecto a los restos de las Cortes del sur y el este... siempre podrían ser sometidos más tarde, o ser empleados como perros de presa. La guerra entre el Quincunx y estos grupos es esporádica, pero continua aún hoy en día.
En la cima de su poder, las decisiones del Quincunx llegaban hasta todas las Cortes de China. Su influencia llegaba a extenderse a Japón y Corea durante un tiempo, ya que algunas Cortes afines en aquellos países adoptaban voluntariamente estos pronunciamientos. Hoy, sin embargo, el Quincunx es apenas un nombre. El poder de las Cinco Cortes Augustas se ha erosionado en los últimos siglos: La Corte de la Llama de Hong Kong está bajo el dominio extranjero desde mediados del siglo XIX y la de Shanghái lleva seis décadas asistiendo a una guerra entre Kuei-jin chinos y japoneses. Los Ancestros de estas Cortes planean revivir la institución y la autoridad del Quincunx aprovechando la retirada británica de Hong Kong para recuperar la Corte de la Llama, pero aún no se ha levantado el polvo y no es posible saber si se ha logrado el éxito.
Avivando la Llama
El colapso de la Corte de la Llama ha sido un dolor de muelas para los Kuei-jin desde el Tratado de Nanjing. El Quincunx afirma que este acontecimiento es un claro anuncio de la Quinta Edad. Desde la cesión, Hong Kong ha sigo una isla dividida en dos grupos, Kuei-jin y Vástagos separados pero en constante conflicto. Los acuerdos entre China y Gran Bretaña que devolvieron la isla a manos chinas en 1997 crearon un caos entre los inmortales. El gobierno mortal ya ha cerrado varias instituciones que habían tenido un gran poder durante décadas y los pocos Vástagos occidentales que hicieron de este sitio su hogar bajo el gobierno británico ven ahora cómo las puertas se les cierran y los aliados no responden en una ciudad con un 98% de población china.
Los wu del interior han llegado junto a la nueva administración y ya han iniciado la reconquista. Planean erradicar a todos los Cainitas de la isla y devolver la gloria de la Corte de la Llama, portal meridional del Quincunx. La única duda es saber hasta dónde llegarán para lograr sus objetivos. Si los primeros escarceos sirven como indicación, la purga será todo lo brutal que sea posible.
0 comentarios:
Publicar un comentario