El alma estará relativamente indefensa y no podrá hacer nada salvo flotar cerca y tratar de restaurar su cadáver. Curar un Nivel de Salud (y solo uno) cuesta un punto de Chi y lleva tantas noches como Yin permanente tenga el Kuei-jin. Una vez logrado, el Catayano puede despertar y seguir con su existencia. Solo dispondrá de un punto de Chi y deberá hacer una tirada de Naturaleza de la Sombra para determinar si es el Hun o el P'o el que controla el cuerpo tras despertar.
Un Kuei-jin sin Chi que pierda todos sus Niveles de Salud o que sea destruido debido al daño agravado sufrirá la Muerte Definitiva. No habrá logrado completar su Dharma, por lo que su alma se precipitará hacia el Olvido y lo desconocido. Quizá se le conceda la misericordia de la reencarnación, o quizá entre en el Yomi para su exterminio. Ningún Kuei-jin ha regresado de este estado y los bodhisattvas se lamentan por aquellos que lo sufren. En términos de juego no tiene importancia. El personaje ha muerto y habrá que crear uno nuevo.
Fuego
El fuego causa daño agravado a los Kuei-jin, igual que a los Vástagos (aunque los primeros disponen de poderes que les permiten resistirlo hasta cierto punto). Los Catayanos con el Arte Shintai de la Llama-fantasma pueden llegar a emplearlo como un arma, aunque de doble filo. Aquellos con un desequilibrio permanente de Yin son especialmente resistentes al fuego, aunque al coste de convertirse en una masa putrefacta de gusanos, un destino que pocos Kuei-jin sufren de buen grado.
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