Las Cortes Verdes vigilaban el cumplimiento del Acuerdo de los Tres, logrando buenos resultados. Las incursiones mongolas del siglo XIII atravesaron la península con mucha ayuda de los Kuei-jin (o al menos sin su interferencia). Por desgracia, estas invasiones fueron desastrosos fracasos en los que murieron muchos Kuei-jin coreanos que se habían alineado con los atacantes. Los Catayanos chinos culparon a las Cortes Verdes de la derrota y los japoneses se enfurecieron con ellas por haber permitido el paso libre a los invasores.
Las Cortes Verdes (y por extensión, el resto de los shen de Corea), seguían atrapados por las idas y venidas de los ejércitos en ambas direcciones. La tensión siguió durante los siguientes siglos, hasta la llegada a la península de los Occidentales desde el interior de China.
Estos europeos (y algunos Cainitas) lograron asentarse en el país, algo a lo que los Kuei-jin se opusieron tajantemente. Entre los mortales surgió un fuerte movimiento en contra de los extranjeros, con la ayuda ocasional de los Catayanos.
En 1866 y 1871 los franceses y los americanos respectivamente atacaron Corea como respuesta a estos disturbios, ,o que permitió a Japón lograr un acuerdo comercial favorable con la Dinastía mortal gobernante. Poco después Corea quedó "abierta" a los extranjeros.
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