Como muchas otras grandes ciudades del Reino Medio, Pekín es una extraña mezcla de pasado inmemorial y un futuro aguardado con impaciencia. Toda la urbe parece afectada por la metamorfosis, ya que es una yuxtaposición de amplios bulevares, grandes plazas, callejuelas y patios atestados con algunos modernos rascacielos y decenas de parques fantásticos. El urbanismo de Pekín es totalmente caótico y carente de lógica: si a las peculiaridad arquitectónicas se le suman nueve millones de chinos, demostraciones y desfiles militares constantes y batallones de turistas, la confusión se apodera rápidamente de cualquier que se pierda en el laberinto de sus calles.
Sin embargo, los nativos las conocen bien. Atraviesan la ciudad a pie, en bicicleta o en vehículos militares y parecen tener una familiaridad total con la inmensa urbe. Los Kuei-jin conocen la capital aún mejor: han maniobrado en silencio mientras crecía y a lo largo de los siglos los wu de la Corte de Sangre se han abierto huecos por toda la ciudad. A pesar de todo, la vida nocturna en las sombras de Pekín no carece de problemas. La urbe está cambiando hacia un capitalismo y una cultura occidentales (en las embajadas y en los hoteles y locales reservados para extranjeros) ha empezado a atraer jóvenes generaciones de discípulos. Los Ancestros y mandarines de la Corte de Sangre están muy preocupados, ya que si Pekín cae ante Occidente el Reino Medio le seguirá poco después.
La Corte de Sangre de Pekín
La Corte de Sangre sirve como el asiento de autoridad para las Cinco Augustas Cortes, papel que ha desempeñado desde la redacción del Tratado del Quincunx. Cómodamente instalada en Pekín, capital de China desde la dinastía Manchú, la Corte de Sangre promulga leyes y dicta la política a seguir por todos los wu bajo la autoridad del Quincunx, lo que, según el Tratado, incluye a todos los Kuei-jin del Reino Medio. La Corte de Sangre se erige como el pilar de la tradición para los Kuei-jin. Sus miembros, en su mayoría pertenecientes al ejército y a la nobleza, fomentan la corrección y la armonía con el Gran Ciclo. Los Rituales abundan entre los wu de la Corte de Pekín, de hecho, muchas de las ceremonias Catayanas más famosas (como la de los Tres Diálogos) fueron concebidas por sus ancestros y sabios. Los Kuei-jin que pertenecen a esta Corte suelen ser considerados como pertenecientes a un estatus superior, tanto dentro del Quincunx como en todo el Reino Medio, a causa de su proximidad histórica a la "alabada" personalidad del emperador. Cuando la Corte habla lo hace en nombre de todos los Kuei-jin y su palabra es definitiva y poderosa
La estabilidad y seguridad de siglos de gobierno dinástico, de los cuales la Corte ha obtenido significativos beneficios, desaparecieron hace décadas. La esterilidad de la China Comunista, con su rechazo y la supresión del Ritual y la religión, ha forzado a la Corte de Sangre a adaptarse a la realidad de los tiempos modernos, aún cuando sigue intentando conservar una fiel continuidad con el pasado. Mantener el orden entre los Catayanos y propagar los antiguos rituales requiere un meticuloso acto de equilibrio entre todos los wu y la colisión entre las ceremonias con milenios de antigüedad y el poder dictatorial a menudo oponen a un wu de la Corte de Pekín contra otro.
La Corte se esfuerza por aumentar la influencia del Quincunx sobre su actual jurisdicción, y también trabaja para reclamar la hegemonía sobre aquellas áreas del Reino Medio donde las poblaciones Kuei-jin han sido declaradas akuma. Los Catayanos emparentados con los descendientes de la Tortuga Negra disfrutan de puestos cruciales como consejeros y representantes de la Corte de Sangre en el plan de poner de nuevo a la Corte de la Llama de Hong Kong en el lugar que le corresponde dentro del Quincunx. Los Kuei-jin de la Corte de Sangre también hacen viajes a las Cortes con relaciones amistosas con el Quincunx de Japón, Corea o cualquier otro sitio, reforzando el apoyo a las Cinco Augustas Cortes en las largo tiempo disputadas áreas del Reino Medio. La Corte de Sangre de Pekín también supervisa la selección de los heimei, los Catayanos sin afiliación que el Quincunx utiliza como emisarios entre las distintas Cortes y los pocos Vástagos que residen en las ciudades más importantes del Reino Medio.
Los Catayanos emparentados con la Dirección Norte configuran la clase judicial de la sociedad Kuei-jin y lo mismo ocurre con la Corte de Sangre de Pekín, el punto más septentrional en la brújula del Quincunx. Sus miembros luchan por mantener el orden y la armonía entre el Pueblo Demonio y, para este fin, una selección de ancestros y mandarines de alto nivel se reúne anualmente en un cuerpo judicial único para estudia y dirimir todas las disputas de importancia entre los Kuei-jin. Este cuerpo, el Venerable Tribunal de Su Augusta Personalidad actúa como mediador en las disputas entre los wu, las Cortes y cualquier Kuei-jin individual si el asunto es lo suficientemente importante. Además de sus obligaciones como árbitro supremo, el Venerable Tribunal también supervisa las numerosas "guerras de crepúsculo" que estallan entre oponentes, nombrando árbitros imparciales que determinan al vencedor. A menudo, esta práctica demuestra ser un asunto espinoso en lo que se refiere al cronometraje: muchas guerras crepusculares que estallan antes de recibir el visto bueno del Venerable Tribunal se convierten en "guerras de medianoche" sin cuartel hechas y derechas antes de que el Tribunal pueda reunirse de nuevo apra elegir unos jueces para el conflicto.
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