No estamos en Kansas. Las historias de Estirpe de Oriente deberían estar empapadas de la naturaleza terrorífica, inquietante y misteriosa del Reino Medio. Nada es lo que parece y nada termina para siempre ya que detrás de cada sombra se agazapan extraños y viejos poderes. Yakarta, Hong Kong y Osaka no son como Nueva York trasladada a Oriente. Cada lugar tiene su propia identidad y sus terribles secretos enterrados bajo una telaraña de intriga sobrenatural.
Los shen del Reino Medio podrían no recordar ni siquiera en su aspecto a los occidentales. Su política es ciertamente diferente, igual que sus costumbres y prácticas. Hasta las relaciones con la gente de la calle y los "mundanos" deberían asombrar e intrigar a los personajes.
El Reino Medio es grande, violento y cuajado de peligros. No es lugar para occidentales groseros... ¡ni para orientales groseros! Intentar hacer de cada suceso algo memorable y sutilmente extraño hará mucho por recrear el misticismo oriental.
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