Poco más hay que decir al respecto. Los Kuei-jin, como sus primos occidentales, pueden tener rivalidades y enemistades que se remonten varios cientos (¡o miles!) de años. Los Ancestros manipulan a los Catayanos más jóvenes y los enfrentan en la búsqueda de la supremacía, mientras los Monos Corredores combaten entre ellos por la pura supervivencia. Estos conflictos están entre los más fáciles de preparar, pero también son unos de los más complejos y satisfactorios. Establecer un personaje "rival" que no deja de enfrentarse a los jugadores crea un objetivo tangible y alcanzable: la destrucción (o humillación) del enemigo. Quizá el rival sea más poderoso que todos los personajes combinados, o que sea demasiado astuto como para entrar en un conflicto físico. En cualquier caso, la construcción de un antagonista memorable es un modo excelente de dar estilo sabor al juego.
Estirpe de Oriente también es un modo perfecto de lanzar hordas de enemigos maníacos contra los jugadores y de dejarles vencer rodeados de cuerpos desmembrados y chorros de sangre.
El mundo está en discordia (como evidencian las legiones de
chih-mei que surgen de la Tierra), y eliminarlos es todo lo que los personajes pueden hacer para mantener a raya a los Reyes Yama. El conflicto entre Kuei-jin también se siente claramente en la división que existe entre los Ancestros y los recién regresados. Imagina a un mandarín que tiene en sus manos la vida de un
kyonshi mientras juzga si el Catayano es digno de seguir vivo, o si debe ser exterminando por toda la eternidad.
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