Atrapados entre los poderes del Quincunx a un lado y los gaki al otro, los Kuei-jin de las Cortes Verdes han aprendido a distanciarse de ambos extremos y ocuparse de sus propios oscuros asuntos para proteger su preciosa neutralidad. Siglos de clandestinidad y mestizaje (así como su obsesivo interés por el Mundo Yin) ha robado a los Kuei-jin coreanos gran parte del carácter que una vez les hizo ser temidos y admirados como integrantes de la Corte del Dragón Celeste. Los Ancestros de aquí tienen poco que perder en la ostentación y las vacías formalidades del Quincunx, y menos aún para las luchas intestinas por el poder como las que hay entre los Bishamon y los Genji. Hay poca magnificencia en las Cortes Verdes; no hay grandes salones, no hay grandes espectáculos, no hay vestidos recargados. La simplicidad y la parsimonia son más productivas; el arte y los espectáculos son considerados distracciones, recursos pobremente invertidos.
La belleza sólo resalta lo abominables que se han vuelto muchos de los miembros de las Cortes Coreanas; ninguna otra Corte tiene tantos ch'ing shih (Kuei-jin superados por su lado Yin). El panorama de la asamblea de las Cortes Verdes es un espectáculo horrendo que la mayoría de los Catayanos preferiría evitar. Además de ser los nigromantes más destacados del Reino Medio, los Kuei-jin de las Cortes Verdes son también hombres de negocios, diplomáticos y astutos agents provocateurs que enfrentan entre sí a sus enemigos para fortalecer sus propias posiciones; se ocupan principalmente de la seguridad (bajo la forma de un complejo sistema de escudos y casas seguras a las que se refieren discretamente como al Camino Paralelo) y el jade (generalmente bajo la forma de baratijas, si bien algunos talismanes de espectacular potencia proceden de las Cortes Verdes). La seguridad es un artículo raro en el Reino Medio y aquellos Kuei-jin que pueden proporcionarla son generosamente recompensados. Los Catayanos de las Cortes Verdes han establecido una red meticulosamente protegida de casas seguras accesibles para cualquiera que tenga las suficientes cantidades de jade, efectivo o información valiosa. Tanto los Kuei-jin como los Vástagos son bienvenidos, siempre que puedan pagar por la hospitalidad (y los occidentales son inevitablemente desplumados). Muchos Cainitas que han necesitado desesperadamente desaparecer de oriente han encontrado su vía de escape a través de estos palacios, cobertizos y cavernas a lo largo del Camino Paralelo.
Algunos de los miembros de las Cortes Verdes sostienen que la política de puertas abiertas del Camino Paralelo convierte a Corea en un refugio para los akuma que huyen de otras Cortes. Aunque pequeñas cazas de brujas estallan aquí y allí de vez en cuando, los Ancestros de las Cortes Coreanas no parecen muy interesados en tomar ninguna acción decisiva en tanto que el jade siga fluyendo. Los más paranoicos de entre los Catayanos aseguran que esto ocurre porque los mismos Ancestros están corrompidos. Los peregrinos del Camino Paralelo son guiados de eslabón en eslabón en la cadena de casas seguras por wu compuestos de Kuei-jin en los primeros estadios de su viaje Dhármico (quienes esperan obtener una "propina" a cambio de su silencio sobre el paradero del Catayano). Las Cortes Verdes imponen una estricta política de no intervención respecto a aquellos que atraviesan el Camino Paralelo, así, además de sacar todo el jade y efectivo posible de sus encargos, los Kuei-jin que llevan a cabo estas tareas adoptan un carácter puramente empresarial, y no impedirán, no ayudarán, ni se involucrarán directamente de ningún modo en los asuntos de aquellos a los que guían.
El otro artículo característico de las Cortes Verdes es aquél del que recibieron su nombre. El Jade, con su capacidad única para acumular Chi, es la vara por la que se miden todas las cosas de valor en las Cortes coreanas. El mercado de jade, basado en el mercado It'aewon de Seúl, es lo que sostiene las maquinaciones políticas de las Cortes Verdes. Vendiendo jade de baja calidad a occidente y talismanes de jade de alta calidad a los Kuei-jin poderosos de otras Cortes (a cambio de "favores que se especificarán más adelante, si es que llegan a ser reclamados"), las Cortes coreanas han amasado un gran capital de influencia con el que interceder en la constante lucha entre los gaki y el Quincunx. Corea acoge a la mayor población de artesanos Kuei-jin especializados en el trabajo del jade de todo el Reino Medio. Hay un wu entero cuya única razón de ser es la creación de talismanes más potentes, y las capacidades que son capaces de despertar en el jade son formidables.
Aunque el jade es el as en la manga de las Cortes Verdes, los Kuei-jin coreanos podrían haber perdido la mano. Acumulando todo el jade necesario para aislarse de las incursiones de los Kuei-jin de otras Cortes, los Catayanos de las Cortes Verdes ponen en peligro sus relaciones con los shen de su propia nación. La tierra que una vez estuvo entre los lugares más pacíficos para la interacción de los Kuei-jin y los hengeyokai se está convirtiendo rápidamente en un paraje de discordia debido a las codiciosas misiones de recolección de jade que los Catayanos llevan a cabo en los Nidos de Dragón locales. Los días de abundancia de jade han pasado y ahora los Kuei-jin de Corea trabajan diligentemente para mantener su apariencia de control sobre generosas reservas de piedra. La verdad es definitivamente poco halagüeña; el jade que antaño se encontraba por doquier y que se daba por hecho inagotable es casi imposible de encontrar ya que los Nidos de Dragón, profanados uno tras otro, se han ido secando. Algunos wu han recurrido incluso a secuestrar a los sin techo de las ciudades, especialmente de Seúl, para obligarles a trabajar en las minas en busca del preciado material. Ahora, las Cortes Verdes deben realizar acciones extremas para encontrar aún las más humildes cantidades de la hermosa piedra verde y para tal fin han enviado vagas misiones diplomáticas con el objeto de saquear los pocos Nidos de Dragón que quedan intactos en la península. Los bodhisattvas aseguran que estos lugares sagrados y no el jade en sí, son el verdadero tesoro de las Cortes Verdes, pero nadie parece escucharles. Sin embargo, estos Nidos de Dragón son lugares sagrados para los cambiantes hengeyokai, quienes serán, quizás, más difíciles de ignorar.
Hasta hace poco, Corea ha sido hogar principalmente de los charlatanes (y relativamente menos agresivos) hombres cuervo, haciendo de los hengeyokai un enemigo menos terrible de lo que es en otros lugares. Durante muchas décadas, los Kuei-jin de las Cortes Verdes han manipulado e intimidado a los tengu para que les dieran acceso casi ilimitado a sus "túmulos", pero los tengu se cansaron de las depredaciones de los Catayanos y en los últimos tiempos han estado extendiendo algunas historias entre los demás hengeyokai. Mientras los Kuei-jin han estado entretenidos por los acontecimientos que han tenido lugar en el Reino Yin, una oleada de protectores más agresivos, particularmente los Khan, los Hakken y los Contemplaestrellas, prometen hacer decididamente más peligroso el pillaje de jade de los Nidos de Dragón, ya que no se muestran precisamente inclinados a conceder privilegios de visita a ladrones y profanadores. Así las cosas, los Kuei-jin de palabras melosas ya no podrán volver una y otra vez a los lugares sagrados de los hengeyokai para robar el jade que necesiten. Aún queda por ver cómo responderán los Catayanos de las Cortes Verdes a este nuevo giro de los acontecimientos.
Por lo menos, los Kuei-jin coreanos mantienen unas relaciones más o menos amistosas con el resto de shen, especialmente con los wraith, con los que podrían incluso llegar a algún tipo de acuerdo si las circunstancias lo exigen. A los Kuei-jin les gustaría tener más tratos de los que ya tienen con los hsien, principalmente debido a que éstos son verdaderos banquetes de Chi. Los hsien más inteligentes se toman grandes molestias en mantenerse lo más lejos posible de los depredadores Catayanos, pero hay algunos Tanuki que albergan un enconado odio hacia los Kuei-jin y aprovecharán cualquier oportunidad a su alcance para dirigir a los Catayanos hacia sus violentas (y a menudo letales) trampas.
Sin embargo son los propios miembros de las Cortes Verdes los que evitan a los Chi'n Ta. Se dice que en la Cuarta Edad, los Wan Xian fueron castigados por el Cielo y que el pueblo de Rayo fue su herramienta. Durante la mayor parte de aquella era, los arrogantes hechiceros ejecutaron la sentencia celestial y castigaron a los veleidosos Wan Xian. Los pocos Ancestros que aún recuerdan el daño infligido por el Pueblo del Rayo a la Corte del Dragón Celeste recomiendan seguir un curso de acción de sutileza y evación en cualquier asunto que concierna a los magi. Los Truenos Sutiles, obsesionados por la tecnología, parecen tener algún tipo de vendetta personal contra los Kuei-jin, la cuál se caracteriza por un gran fanatismo (de tintes occidentales).
Sin lugar a dudas, los shen con los que más tratan las Cortes Verdes son los espíritus de los muertos. Las Disciplinas considerada más útiles son las que sintonizan a los Kuei-jin con el Mundo Yin. Junto al Shintai de Hueso y las Artes Chi, el Prana Yin es la Disciplina más estudiada en las Cortes coreanas, y quienes dominan sus posturas actúan como emisarios entre la tierra de los vivos y la de los muertos. La Canción de la Sombra es, con diferencia, el sendero Dhármico más seguido de todas las Cortes Verdes, precisamente porque se orienta claramente al Reino Yin. Los espíritus Yin son, de muchas maneras, los aliados más poderosos (y algunos dirán que los únicos) de las Cortes Verdes. En ningún otro lugar del Reino Medio hay una interacción más estrecha entre los Catayanos y los espíritus de los Ancestros que abandonaron el mundo hace tiempo, lo cual es beneficioso para los muertos de uno y otro lado de la Muralla. A través del Reino Medio, los espíritus de los muertos alcanzan las Fuentes Amarillas. Yu Huang, el Emperador de las Fuentes Amarillas, fue chino en vida y trata a los wraith que no son de China como si fuesen bárbaros y esclavos. Tener un agente en el mundo vivo que pueda proteger o destruir aquellos objetos apreciados que atan a un espíritu al mundo les proporciona a los wraith una ventaja incalculable sobre sus potenciales captores. Así mismo, los aliados espectrales han demostrado lo valiosos que pueden llegar para ser a los negociantes Kuei-jin coreanos a la hora de realizar los actos de espionaje que tanto beneficio han revertido sobre las Cortes Verdes.
El poder de las Cortes coreanas sobre las Fuentes Amarillas floreció recientemente como un loto inesperado; la buena suerte sonrió a las Cortes Verdes cuando una pequeña secta de Cainitas estudiosos de la muerte con enormes habilidades para interaccionar con los muertos (y unas costumbres alimenticias decididamente inquietantes) llegó procedente de La India pidiendo asilo al emperador. Cuando éste, después de tres noches de deliberación, se lo concedió, los extranjeros le obsequiaron un desconcertante informe de las actividades de los nigromantes de Occidente. Las noticias fueron consideradas poco halagüeñas, pero la información fue lo suficientemente valiosa como para que se les concediera santuario a los gweilo. Los Ancestros de la Corte se han mostrado muy activos en el Reino Yin desde la recepción de este inquietante informe, pero nadie ha sido capaz de averiguar qué están haciendo exactamente. Teniendo en cuenta que, sea lo que sea, les ha distraído de su acumulación de jade (y del control de la creciente población de hengeyokai), puede llegar a sospecharse que se trata de algo grande. Hay rumores que dicen que un gran ataque contra la familia de nigromantes occidentales es inminente, pero sólo los bodhisattvas de las Cortes Verdes conocen realmente la verdad.
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