Considerando que los Yulan-jin son,
efectivamente, Kuei-jin que, simplemente, cambian de
cuerpo de vez en cuando, la creación de personaje es
sencilla. Es el cambio de cuerpos lo que encierra las
complejidades del personaje. Un Yulan-jin se construye
igual que un Catayano, aunque con algunas pequeñas
excepciones. A no ser que más abajo se diga otra cosa,
considera que el sistema de creación de personaje y las
habilidades funcionan con los Yulan-jin igual que con los
Kuei-jin.
Concepto
El concepto de un Yulan-jin no tiene
por que diferir del de un Kuei-jin. La diferencia radica en
el esfuerzo intelectual adicional que se requiere para dar
cuerpo al trasfondo del personaje. ¿Tuvo el Alma-Que-Salta otras vidas antes de la actual, o es este el primer
Segundo Aliento del personaje? ¿Qué impulsó al Yulan-jin
a seguir un Dharma en particular? ¿Tiene actualmente un
lugar en la sociedad Kuei-jin, o su naturaleza ha sido
descubierta? ¿Dejó amigos y familia detrás o ha decidido
cercenar todos esos lazos? En última instancia, la inevitable
exigencia de seguir el propio camino obliga a todos los
Yulan-jin a plantearse estas cuestiones.
Fuerza de Voluntad
Lacerada por los vientos del
Infierno durante su huida del Yomi, el alma de un Yulan-jin raramente posee la fuerza espiritual común entre los
Kuei-jin; en consecuencia, las Almas-Que-Saltan
principiantes deben tener una puntuación de Fuerza de
Voluntad de entre tres y cinco.
Dharma
Las Almas-Que-Saltan pueden elegir
cualquiera de los Dharmas disponibles para los Kuei-jin,
aunque el constante cambio de cuerpo inhibe mucho el
progreso en la senda; baste decir que incluso la Senda de
los Mil Susurros es difícil de seguir para estos seres. A
pesar de cambiar físicamente de cuerpo, las Almas-Que-Saltan no satisfacen completamente los principios del
Dharma: la Senda de los Mil Susurros exige que un
individuo aprenda todo lo que sea posible de una vida
antes de abandonarla; los Yulan-jin se ven a menudo
obligados a abandonar vidas incompletas.
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