Los Kuei-jin, como criaturas muertas de Chi robado, son capaces de simular la vida con las energías Yang. Sin embargo, esto es poco más que un simulacro; incluso sus hijos están marcados por la muerte. Ya nazcan de la unión de un progenitor humano y otro Catayano o de la unión de dos Kuei-jin, los dhampyros están tan sostenidos por las lúgubres fuerzas de la no-vida como por una especie de tejido medio vivo. A causa de esto, estas criaturas pueden sobrevivir como los humanos, pero comparten las pasiones de sus padres y corren el riesgo de caer en la corrupción kármica.
Dotados de una resistencia sobrehumana, los dhampyros pueden tener una esperanza de vida de varios cientos de años. Algunos pueden sobrevivir hasta tres siglos, y se rumorea que unos cuantos han llegado a superar incluso esta edad. Dado su lento proceso de maduración, no es extraño que a menudo compartan la apariencia de sus progenitores Kuei-jin. Por supuesto, para las personas rodeadas de vida y obligadas a verla (capaces de actuar libres de la maldición de la sombra o de la muerte solar, pero, aún así, terriblemente alejadas de los otros humanos), esta esperanza de vida puede convertirse en un agónico periodo de pesadumbre y deshumanización. Considerando esto, no es muy sorprendente que la mayoría de los dhampyros más ancianos sean criaturas sin remordimientos ni compasión, y que incluso los más jóvenes encuentren dificultades en relacionarse con la humanidad.
Sin embargo, los poderes de su herencia Kuei-jin no son poca cosa. Un dhampyro puede manipular la energía Chi de un modo muy parecido al de sus progenitores, siendo capaz de dar forma y utilizar las energías de su cuerpo de maneras que la mayoría de los humanos sólo dominan después de un riguroso entrenamiento y autodisciplina (y a veces, ni siquiera así). Aunque estos talentos palidecen en comparación a las más poderosas Disciplinas de los Kuei-jin, no dejan de ser una potente arma a través de los siglos de conflictos y alienación. Además, pueden robar el Chi de otras criaturas igual que sus progenitores, si bien esta “dieta” acarrea repercusiones mortales.
• Nota: He decidido rebautizar a los dhampiros orientales por dhampyros para diferenciarlos de sus contrapartidas occidentales. Después de todo, son criaturas distintas que requieren diferenciación.
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