Como había hecho a lo largo de mucho ciclos, Liu Djan se encontró con el deber de elaborar a los jóvenes Monos Corredores la herencia de las Cortes. Ya había pasado antes, por lo que Liu Djan estaba preparado; reunió a los jóvenes a su alrededor para contarles las mismas historias que había estado repitiendo desde su Segundo Aliento. Explicó que su mundo lleva existiendo durante siglos y proliferaba mientras que el mundo occidental se destruía a sí mismo. El miedo a ser descubiertos y a la destrucción hizo que los gwello se hicieran débiles. Su insignificante excusa por el orden no era nada comparada con la fuerza que yace en el centro del Reino Medio. Negaron lo que eran y pretendieron sólo "existir" pero esa no es existencia. Era una mascarada "Por eso está claro para ustedes que ellos no tienen lugar aquí. Debemos mantener siempre a los Kin-jin fuera de nuestro mundo".
"¿Por qué?"
Liu Djan no necesitaba ver quién había preguntado. Lo sabía. Ignoró la pregunta. "Nuestra sociedad ha existido exitosa durante muchos siglos. Nuestra estructura y orden es lo que nos mantiene unidos".
"¿Por qué no debemos interactuar con los occidentales?"
"Es suficiente Min".
"Sólo hacía una pregunta".
"Si estuvieras escuchando comprenderías y no tendrías necesidad de preguntar".
"¿Si es nuestro mundo tan fuerte, por qué no podemos soportar sus influencias?"
"Incluso la más pequeña gota sucia impide que toda el agua del pozo sea potable. Debemos mantener pura nuestra palabra".
"Pero Maestro". Min habló claramente sin miedo de la mirada que le dedicó. "Hay mucho ahí afuera. Hay tanto que podemos aprender".
"¿Aprender? ¿Qué aprenderías? ¿Avaricia? ¿Corrupción? No hay unidad entre ellos. Viven y mueren y ninguno aprende. Eres una niña y no tienes entendimiento del mundo".
"Es usted el que no tiene entendimiento del mundo".
"Eres una rata insolente".
La joven Kuei-jin se río. "Se sienta usted aquí y no enseña lo mismo que ha dicho cientos de años atrás, pero el mundo no es el mismo. ¿Tiene alguna idea de lo que hay ahí afuera? ¿Se ha desviado alguna vez de nuestro mundo? Yo he visto el exterior. He escuchado música proveniente de la caja más pequeña. He visto el amanecer y he vivido para contar la experiencia". A su alrededor, los paredes de Min escuchaban llenos de intriga. Sus ojos brillaban mientras hablaba de las tecnologías de la edad moderna.
En los más jóvenes el maestro pudo ver la corrupción del Oeste. "¡Es suficiente!"
Lentamente Min se puso de pie mientras sus ojos brillaban llenos de desafío. "Usted puede cerrar sus ojos a los cambios del mundo, pero yo no puedo. No lo haré".
"Lo que tú llamas cambio es la destrucción de la serenidad de nuestra existencia".
"Todo muere. Es en la muerte donde la creación empieza de nuevo. Es el Gran Ciclo". Mientras Min se marchaba, los hijos de la edad moderna se iban con ella.
De los reinos del sur provienen un aire cálido y promesas de renacimiento. También hay un precio por esta nueva no vida, a pesar de todo, como siempre, lo viejo debe dejar camino a lo nuevo. La naturaleza crea en su seno poderes masivos del Cielo y la Tierra. La tierra debe haber pasado el deshielo para que las cosas crezcan. Los vientos cálidos también traen lluvias y tormentas, trueno y rayo. El viento del sur es una tempestad de creación y los que siguen esta Dirección no son diferentes. El aire que los rodea es cálido y atrayente, pero también es peligroso.
Los Catayanos de esta Dirección se sienten cómodos con sus nuevas no vidas. Aceptan su existencia pero reconocen la necesidad del cambio. Proporcionan revelaciones a los antiguos. Dan consejo en la adversidad. Tendiendo a aburrirse fácilmente y buscar constantemente actividades nuevas y excitantes, los Muertos Famélicos del Sur proliferan excelentemente mediante el conflicto y descartando los viejos usos para dejar espacio a los nuevos y mejores. Aunque la ambición es definitivamente un rasgo de su carácter, no suelen ser buenos líderes; sus continuas demandas de cambio y crecimiento dejan a un lado las formas y estructuras del liderazgo y la jerarquía. Los Kuei-jin del Sur suelen alinearse con posiciones mutables. La conquista también está en la naturaleza de los vientos sureños destruyendo lo que no tiene propósito, guiando los nuevos senderos, pero esos Catayanos siempre están en el horizonte, buscando nuevos lugares a los que traer el cambio.
El misterio y la excitación son las pasiones de estos seres, que se regocijan en las diferencias entre las gentes, los lugares y las ideologías, tomando aquellos elementos que sean agradables y activos y enterrando el detritus de la materia inútil. El conflicto siempre es lo que sigue tras el alzamiento de las acciones. Cortando desprendidamente la paja de la sociedad, los vientos del sur traer caos incómodo pero necesario para que puedan surgir nuevas formas.
El escarlata salpica el color al viento del sur. La sangre es roja. La pavesa del fuego brilla roja. El rojo es el color del movimiento y de la necesidad de estar en movimiento. La ira y la pasión son elementos de los vientos del sur, y la lujuria y la rabia permiten que la revolución se alce. Por esta razón los que siguen esta Dirección se adornan con muestras de su entrega al movimiento, llevando decoraciones y vestidos prominentes que hablan de llamas que purifican y renuevan.
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