Uno de los primeros movimientos religiosos fue conocido como el Camino de los Maestros Celestiales que afirmaban que el Gran Señor Lao (que era la forma deificada de Lao Tzu) se apareció a Zhang Taoling, explicándole muchas de sus enseñanzas y otorgándole el título de Maestro Celestial. Los movimientos Taoístas posteriores siguieron este modelo en forma creciente en el que una deidad Taoísta, cada vez más exaltada, se aparecía al fundador del movimiento y le ofrecía conocimientos y un título. Los Maestros Taoístas tienen posiciones hereditarias y realizan complejas ceremonias religiosas usando el Chino clásico. Sus templos son hogares para muchas deidades que protegen y bendicen a sus adoradores y que guían la creencia.
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