Mitología Taoísta

Dejando a un lado la miríada de dioses que representan, cada uno, un aspecto del Tao; los seguidores de esta religión creen en los Ocho Inmortales. Estas figuras fueron humanas alguna vez pero se convirtieron en inmortales por diferentes medios. El fundador del grupo es Chung-li Ch'uan, se le suele pintar como un hombre barbado, gordo y anciano, escasamente vestido y con un abanico de plumas y una nube voladora. Era un alquimista que utilizó medios materiales para transmutar ciertos metales en plata y ofrecerla a los pobres, salvando así muchas vidas. Encontró el secreto de la inmortalidad mediante la meditación y un elixir secreto.

Otro de los Grandes Inmortales es Chang Kuo, un eremita que con su milagrosa mula blanca podía cubrir grandes distancias en un solo día. Cuando desmontaba, el animal se doblaba como una hoja de papel enrollado al que había que echar agua para poder devolverlo a su estado original y cabalgar nuevamente.

Un tercero es Li T'ieh-kuei, un feo mendigo con una muleta que, una vez, fue un hombre bello. Su espíritu solía salir de su cuerpo a menudo para vagar y, una vez, la gente encontró su cuerpo y lo incineraron pensando que estaba muerto. Cuando volvió, tuvo que introducirse en el cuerpo de un pedigüeño que acababa de morir al lado del camino. Li cabalga sobre la grulla de la inmortalidad y lleva una botella de calabaza en la que se introduce saltando por la noche para dormir.

Ham Hsiang Tzu nació con las marcas de un hsien y dedicó su vida a la alquimia y al Elixir de la Vida. Se cayó del Árbol de los Melocotones de la Inmortalidad y murió, pero inmediatamente fue transformado en un sacerdote Taoísta vivo e inmortal. Los otros cuatro inmortales tienen poderes e historias semejantes. Los taoístas reverencian y aman a cada una de estas figuras y acuden a ellas cada vez que necesitan protección.

Los Ocho Más Augustos Wan Xian

Según estudiosos Kuei-jin los Inmortales Taoístas están basados en el mito Catayano de los Ocho Más Augustos Wan Xian. Algunos presentan claros paralelismos con los Augustos Wan Xian. Chu-li Chúan, el lídere de los Inmortales Taoístas tiene casi las mismas características que Zu Xiong, el más poderoso y virtuoso, presente en el mito Kuei-jin. Xiong, como Ch'uan, fue un hechicero mortal, o un alquimista, que usó sus poderes mágicos para ayudar a los necesitados; hay una leyenda que dice cómo podía crear plata del mismo aire mientras que otra afirma que usaba su magia para favorecer a muchos espíritus zorro, que le mostraban donde estaban escondidos incontables secretos. Ya era muy viejo cuando cruzó por primera vez al mundo espiritual para convertirse en Wan Xian, pero también era uno de los Diez Mil Inmortales. Hay otros paralelismos entre los Inmortales Taoístas y los Wan Xian Catayanos, muchos de los cuales están recogidos en el Libro del Noveno Inmortal.

Los Paraísos Taoístas

Los fieles de esta religión creen que cuando una persona se hace uno con el Tao puede, o permanecer en la tierra para ayudar a los demás a encontrar el camino, o acudir a uno de los muchos paraísos. Está el Paraíso Terrestre, donde nunca hay viento ni lluvia, sino una "primavera divina" que proporciona agua para una gran variedad de plantas y animales exóticos. Según la doctrina taoísta este paraíso se encuentra en la orilla norte del Océano Pacífico en la Tierra. Sus habitantes son gentiles, de corazón amable y cuerpos delicados. Siguen el Camino sin desviación de ningún tipo, son mortales y no tienen trazas de arrogancia o envidia. Otro de esos paraísos es el Paraíso Occidental y es muy similar al que tiene el mismo nombre en la religión budista. La Reina Celestial, Hsi Wang Mu, rige este lugar donde un Melocotonero de la Vida crece en su centro. Está pavimentado de oro, plata, jade, perlas y cristal y hay siete lagos con playas de arena dorada, aves exóticas y bellas y majestuosas flores. Aquí viven toda clase de criaturas espectaculares y almas virtuosas. Muchos Taoístas aspiran a ser transportados a uno de esos paraísos cuando mueran.