Un gran rishi (un sabio hindú), llamado Yagnavalkya le preguntaron una vez "¿Cuántos dioses hay en el universo?" Él respondió: "Tres y tres mil trescientos". Pero el otro, deseando incitarlo, dijo: "Sí, pero ¿cuántos dioses hay realmente en el universo?" "Treinta y tres", dijo el rishi. "Por supuesto", dijo el otro, "pero ¿cuántos dioses hay realmente en este Universo?" "Tres", respondió Yagnavalkya. "Ciertamente" dijo el otro con un brillo en los ojos. "Pero por última vez, ¿cuántos dioses hay en el universo?" "Uno", dijo simplemente el sabio.
Todas las respuestas de Yagnavalkya son ciertas, en cierto sentido. Todas las deidades son aspectos del Ser Supremo, ya que el Ser Supremo está en la esencia de cada cosa en el universo.
Muchos dicen que el hinduismo tiene millones de dioses. Esto se debe a que cada hogar hindú tiene un santuario dedicado a cualquier dios que la familia elija y cada aldea tiene una deidad específica, que solo es conocida por los residentes de esa aldea y solo reside en ella. Hay multitud de templos, festivales y lugares sagrados dedicados a multitud de dioses. Pero también hay dioses que son comunes en toda la India. Shiva es uno de esos dioses. Él es el destructor y el creador, el bailarín cuya energía primordial da existencia al universo, lo impregna en su totalidad y luego provoca su destrucción, sólo para traerlo de nuevo a la existencia. Tiene cuatro brazos, que representan sus cuatro poderes. Shiva sostiene un tambor en una de sus manos derechas, que da vida al universo. Su otra mano derecha, la levantada, protege el universo. El fuego en una de las manos izquierdas de Shiva lo destruye, y su otra mano izquierda apunta hacia abajo, hacia su pie levantado, lo que libera al alma de falsas creencias.
Vishnu es otro dios conocido en toda la India. Él es el conservador de la vida. Ha salvado al mundo innumerables veces de desastres, y nace como un hombre sabio cada vez que la humanidad lo necesita, para mostrar con su sabiduría y enseñanza el camino para salir de la adversidad. Los Kuei-jin más insensibles se burlan de este mito, murmurando que todos los que preservan la vida son ahora sus destructores. Otros, preocupados por la llegada de la Sexta Edad, secretamente esperan que Vishnu surja para sacarlos de la inminente Era del Dolor.
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