La interpretación Catayana del Sintoísmo es una fuente de esperanza para muchos Kuei-jin. La moralidad flexible de esta religión es muy adecuada para la vida de un Catayano en la Quinta Edad. La idea de que adorando a los Altos Kami, el Dragón de Ébano y la Reina Escarlata, conducirán a la redención es una fuente de inspiración para muchos.
Aquellos fue fueron seguidores del Sintoísmo en sus vidas mortales encuentran que no existen grandes discrepancias al regreso de entre los muertos. El Mundo Yomi suele ser lo que el Sintoísta espera que sea: un mundo lleno de horror más allá de la imaginación, repleto de demonios y oscuridad. Dado que los Sintoístas ven al mal como contaminación y algo antinatural, se cree que lógicamente, el alma humana rechazará al Mundo Yomi y luchará violentamente por regresar a la Tierra. El P'o es visto como contaminación: es un magatsuhi que se adhiere al alma humana para colarse en nuestro mundo. El Sintoísta que regresa como Kuei-jin normalmente dedicará muchas horas del día en rituales de purificación para limpiarse de la contaminación causada por el P'o, al menos en los primeros meses de su Segundo Aliento. Incluso hay casos en los que un Sintoísta que regresa como Kuei-jin, ya consternado e inspirado por su experiencia en el Mundo Yomi, dedica toda su no vida para luchar contra los magatsuhi.
El Sintoísmo y los Catayanos
Existe un debate en curso sobre el estado del alma de un Catayano desde una perspectiva Sintoísta. Muchos seguidores del Sintoísmo insisten en que el P'o es un espíritu maligno, un parásito, que utiliza el cuerpo del Kuei-jin para permanecer en nuestro mundo. Otros creen que el P'o simplemente ha sido contaminado por la experiencia en el Mundo Yomi, argumentando que la mitad del alma, el P'o, está enferma y necesita ser purificada a través de rituales y acciones que complazcan a los Altos Kami.
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