Es difícil decir exactamente qué cambios doctrinales ha experimentado el cristianismo en el Reino Medio, dado que los misioneros a lo largo del tiempo han tratado de hacer su mensaje más aceptable para los oídos orientales presentando su religión en términos del budismo, el taoísmo y el confucianismo. Sin embargo, el objetivo básico del cristianismo sigue siendo alcanzar la vida eterna en el Cielo después de la muerte. Esta vida eterna es perfecta porque se comparte con Dios y cada individuo puede disfrutarla de manera diferente según el mérito de sus buenas acciones durante su existencia terrenal. Un cristiano puede alcanzar la vida eterna en el Cielo teniendo fe en Jesucristo como su salvador. Debe prepararse para el Juicio Final y vivir una vida de virtud, practicando la compasión, la buena conducta "cristiana" y el servicio a la humanidad.
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