Los Cinco Pilares

Para llegar al Paraíso, el creyente debe someterse totalmente a la voluntad de Dios. Incluso este acto no garantiza la entrada al Paraíso, ya que Dios puede desear que hasta las almas más fieles sufran por Él. Para someterse, uno debe desterrar el orgullo de su psique (el peor pecado que un musulmán puede cometer es sentir orgullo) y seguir al pie de la letra la voluntad de Dios escrita por Su gran profeta Mahoma en el Corán. Los fieles deben creer en las cinco doctrinas y observar los Cinco Pilares de la Fe. El primer pilar es la fe perfecta en Dios, que es el único Dios, y la creencia de que Mahoma fue el último y más grande profeta de Dios. El segundo es rezar cinco veces al día, arrodillado y mirando hacia la dirección de La Meca, que es la ciudad santa. El tercero es dar limosna. Se trata de un cierto porcentaje de los ingresos de cada creyente, y se utiliza para apoyar la construcción y el mantenimiento de las mezquitas y para alimentar a los pobres. El cuarto es ayunar durante el noveno mes del año (Ramadán) desde el amanecer hasta el atardecer. El último pilar es el de la peregrinación. Todo musulmán debe viajar a La Meca al menos una vez en su vida, vistiendo una prenda blanca sin costuras. Alá se complace enormemente cuando sus fieles siguen los Cinco Pilares.

El Kuei-jin que lo desee puede modificar fácilmente los Cinco Pilares para que se adapten a su estilo de vida. Reza cinco veces cada noche, mirando hacia La Meca. Dedica una cantidad fija de sus activos líquidos al mantenimiento de las mezquitas mortales. Mediante una planificación cuidadosa y disciplinada, soportar un ayuno modificado todas las noches durante el mes de Ramadán. Y, debido a las comodidades modernas, es más fácil que nunca para un Kuei-jin viajar a La Meca. Todo lo que le queda es una fe perfecta en Alá, lo que, para algunos Catayanos, es más fácil de decir que de hacer.