Al frente de cualquier gumi yakuza está un oyabun (padre) que da consejo, protección y ayuda. Bajo él están los kobun (niños), que ofrecen lealtad y servicios a su padre a cambio de su protección. La expansión de los yakuza ha complicado esta estructura tradicional hasta el punto que, junto a los otros efectos de la modernización, se da también la pérdida en el gumi de la fanática lealtad que antes dominaba entre los kabun. Aunque la lealtad de los kobun continúa siendo fuerte en general, cada vez es más raro que un miembro de los yakuza de su vida por su oyabun o lleve a cabo otros actos desinteresados similares.
Bajo el oyabun está su consejero jefe, conocido como el saiko-komon, que dirige una organización de abogados, contables, secretarios y consejeros financieros. El saiko-komon tiene a menudo sus propias bandas dentro del gumi y con ellas monta los negocios turbios que necesita para mantener los intereses comerciales de la familia. El siguiente es el waka-gashira, el segundo en respeto dentro del gumi. Este miembro actúa como su matón y dirigente en el día a día de las calles.
En una faceta interesante en la estructura gumi, un oyabun puede ser también un kobun que deba a su vez lealtad a otro oyabun. De esta forma un gumi puede crecer formando una extensa familia. Estos kobun son conocidos como kyodai (hermanos). Por consideración a su más poderosa influencia, responden ante un lugarteniente diferente, el shatei-gashira. Esta estructura puede repetirse varias veces, con muchas ampliaciones y modificaciones. Así llegan a formarse familias tan extensas como la Yamuguchi-gumi que tiene cerca de diez mil miembros.
No todos los yakuza se han combinado en super-gumi; algunos han constituido en su lugar alianzas o federaciones. Grupos poderosos como los Nipón Kokusui-kai, Sumiyoshi-rengo e Inagawa-kai ostentan una eficaz estructura que tiene menos subfamilias, y en la que se deciden los asuntos con un mayor consenso. Las alianzas de gumi suelen tener puntos de vista bastante más modernos y han representado un papel más digno en las diversas guerras de bandas ocurridas desde los años sesenta. En general, estas agrupaciones de gumi acostumbran a tener estructuras internas no diferentes a un zaibatsu, con un consejo controlador y varios departamentos. En una divertida adopción de la tradición japonesa moderna, los yakuza a menudo llevan tarjetas de visita con su emblema gumi, nombre y rango. Al crecer la presión de la policía sobre ellos, está por ver si está práctica continuará teniendo vigencia.
Uno de los principales motivos que hacen funcionar tan bien la estructura gumi, es el hecho de que adopta a los reclutas de entre los fracasados de altamente estructurada e implacable sociedad japonesa. Entre esta colección de fracasados escolares e inadaptados sociales están también representadas las minorías coreanas y chinas, tan despreciadas en Japón, así como descendientes de los barakumin, la antigua clase de intocables de la nación. Una de las mayores fuentes de reclutas son también las bandas de bosozoku (moteros), constituidas por matones adolescentes muy dados a la violencia salvaje y al crimen menor. Para todos ellos, el gumi significa un nuevo hogar, un lugar en el que encuentran respeto y algo a lo que pertenecer.
De hecho, los yakuza han actuado como una importante válvula de escape social al aceptar a los rechazados por el orden establecido. Sin embargo este papel cada día es menos significativo, al irse suavizando la rigidez social japonesa. Los cambios ya sufridos por la sociedad japonesa están teniendo importantes efectos negativos sobre los yakuza, viéndose afectados especialmente por la perdida de la tradición de respeto y obediencia hacia los mayores y por el desprecio general hacia las antiguas formas. En años pasados todos los yakuza cumplieron, al menos de boca, con el giri-ninjo, que resume su idea de obligación y compasión. Este principio sostiene que no sólo el kobun pertenece al oyabun, sino que también el gumi lo hace al vecindario local. Los estrictos lazos con los vecinos desaparecieron hace décadas, y hoy día los jóvenes gánsteres tienen poca consideración hacia el giri-ninjo cuando obstaculiza la posibilidad de hacer dinero fácil. Los oyabun de ideas tradicionalistas encuentran este hecho cada vez más irritante, lo que puede provocar aún sangrientos juicios.
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