Los asiáticos continúan estando muy unidos a sus tradiciones rurales, especialmente a la religiosa, incluso si alguna de éstas "tradiciones" no se practican ahora o guardan pocas semejanzas con las creencias de los ancestros. En un tiempo de cambio constante, la tradición y la religión ofrecen soportes aparentemente estables para comunidades que de otro modo se encontrarían confusas. Las gentes de Asia han mantenido siempre un vínculo cercano con estas tradiciones, la otra cara de su pobreza. Por ello, las calles personifican la confusa y exótica mezcla de lo occidental y lo tradicional, que a menudo acrecienta lo peor de ambos y entierra sus mejores rasgos.
Incluso el observador ocasional es incapaz de evitar percatarse de esta mezcla de tradiciones actualizadas según la era moderna desde la simple idiosincrasia (luces eléctricas ahora comunes en santuarios familiares de los hogares chinos) hasta lo fuera de lugar (combinaciones de elefantes y modernas limusinas en el cortejo de una boda en la India). Pero otros problemas de carácter más peligroso e incorregible acechan ocultos a la vista. Podría escribirse una recopilación precisa que recogiera todas estas cuestiones; las tradiciones más problemáticas pueden resumirse en las que implican a la raza, la clase, el sexo y la religión.
Todo en su Lugar
La manipulación de la tradición ha sido siempre el método más sutil de la influencia Kuei-jin, ahora la modernización está disminuyendo lentamente su eficiencia, mientras la paz y la naturaleza del cambio hace que más y más asiáticos adopten un punto de vista más global y occidentalizado. Sin embargo, por el momento, un presente para el señor del crimen o el político adecuado, una disculpa sincera para un ofendido jefe de la policía local, la amenaza de algunos malvados feng shui o un matrimonio de conveniencia ventajoso acordado entre dos poderosas familias, puede otorgar a un Kuei-jin lo que desee, sin necesidad de recurrir a ninguna acción evidente. En las cuestiones del día a día y en las guerras de las sombras, este tipo de acciones son muy comunes. De hecho, antes de la modernización, constituían el cortejo necesario para mantener las ataduras de los Kuei-jin con el mundo mortal. Con el amanecer de la Sexta Edad y el fracaso de los mortales respecto al mandato del Cielo, el resultado de estos métodos tradicionales está llegando a ser cada vez más impredecible, por ello están cayendo gradualmente en desuso en las cada vez más violentas e irreverentes calles.
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