Conocimiento: Leyes *

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El conocimiento de las leyes y el sistema legal es de gran utilidad para cualquiera que planee infringirlos o eludirlos. Dada la complejidad de la jurisprudencia hoy día, incluso los criminales que comenten un llamado "crimen perfecto" pueden acabar entre rejas por algún pequeño delito menor asociado, que no fueron conscientes de haber cometido. El ejemplo clásico (aunque occidental) es el de Al Capone, que acabó siendo encarcelado por evasión de impuestos. Se aplicarán tiradas de Inteligencia + Leyes cuando los jugadores quieran conocer el momento exacto en que sus personajes estén cruzando la raya, y en qué nivel lo están haciendo. La mayoría de las veces los jugadores sabrán que los Catayanos están infringiendo la ley sin necesidad de hacer la tirada, pero las infracciones involuntarias pueden ser tan peligrosas como los delitos calculados. Naturalmente, como Narrador, necesitas también tener cierto conocimiento de lo que en realidad son las leyes, o hacerlas cumplir será difícil. Por suerte, muchos sistemas legales asiáticos deben mucho a sus pasados coloniales y reflejan bastante el derecho occidental. Por tanto, todo aquello que sepas que es ilegal en un estado occidental, lo será también probablemente en Asia. Una de las diferencias estriba en que las penas suelen ser mucho más rigurosas, y que la policía tiene más tendencia a recurrir a métodos no autorizados para conseguir pruebas o una confesión.

Los jugadores que sean maltratados y quieran obtener una compensación por tales métodos (después de todo, son ilegales) no están de suerte, y únicamente tendrán alguna posibilidad en Japón, e incluso allí los resultados difícilmente igualarán a los que la mayoría de los demandantes les gustaría. Las leyes no suelen corresponderse con sus homólogas en occidente con las que se refieren a la libertad de expresión. No hay tal libertad para los considerados subversivos fuera de Taiwán, Corea del Sur y Japón. Cuando "subversivo" define generalmente, cualquier concepto que convenga a las autoridades, es muy fácil acabar en prisión simplemente por hablar en público o tomar parte de una manifestación. Como Narrador estas dos lagunas jurídicas son realmente útiles a la hora de mantener a raya a jugadores indisciplinados, así como para recalcar el hecho de que los Kuei-jin son extranjeros en el mundo mortal, no sus controladores. El Narrador puede manejar los efectos de las leyes mortales sobre el juego de diferentes formas. Aquellos Narradores que se sientan especialmente estrictos, simplemente deben anotar cuando sus jugadores infringen leyes menores que ni siquiera han pensado en preguntar. Durante tu crónica, en el momento que creas apropiado, pagarán caras estas indiscreciones. Los Narradores que sientan más inclinación a creer que los trasfondos de los personajes deberían otorgarles ciertas ideas de los detalles legales de sus acciones, pueden emplear tiradas de Astucia + Leyes (en caso de que algún personaje tenga la Habilidad), pudiendo alertar así a los jugadores algo descuidados sin delatar el hecho de que pueden estar haciendo algo con lo que deberían ser cuidadosos.

Por último, aquellos Narradores que no se preocupen de este tipo de cosas en su crónica, simplemente no deberán molestarse en aplicar nada de esto, o simplemente indicar que las leyes son aquellas a las que tus jugadores están acostumbrados. Después de todo, no todas las crónicas deben estar envueltas en intentos mortales de imponer orden en las caóticas calles. En una crónica más flexible, puede sutilizar las Leyes como un equivalente oficial al Callejeo. El conocimiento de la ley permite a tus jugadores seguir el rastro de los responsables de las distintas acciones que ocurren en el complejo laberinto del gobierno asiático. Incluso cuando sepas con quién debes tratar, aún necesitas saber qué impresos rellenar, cuántas veces necesitas hacerlo, qué más informaciones o pruebas precisas, y millones más de insignificantes detalles. Las Leyes permiten resolver todo esto con unas pocas tiradas. Y, en realidad, tratar con la burocracia o encontrar la prueba que necesitas es otro problema. (El Conocimiento opcional Burocracia puede utilizarse también para estas funciones). Más allá de la aplicación general del Conocimiento de las Leyes, hay algunas situaciones legales especiales que merecen ser consideradas en una historia que esté basada en las entrañas urbanas de Asia:

• La Fe y la Ley: La religión suele encontrar apoyo en sanciones legales en Asia, especialmente en los países musulmanes. Por ejemplo, es ilegal ante los dioses y los tribunales mortales matar una vaca sagrada en la India, o en Pakistán que una mujer vista de manera no recatada. La inviolabilidad de mezquitas, capillas, iglesias y monasterios suele ser protegida a lo largo de toda Asia, al igual que las personas de sacerdotes y religiosas. Esto no significa que nadie rompa esta leyes, pero incluso intimidar al muftí local en Malasia o Bangladesh es ilegal (algo que no se le ocurriría pensar a ningún occidental). Casi cualquier crítica a la religión en la que pueda pensar el Narrador, tendrá probablemente una sanción legal en algún lugar de Asia y, aunque muchas de estas leyes ya no son impuestas, aún está en los registro y pueden ser utilizadas si las autoridades lo desean. Un buen ejemplo de este tipo de abuso legal es la utilización de una antigua ley religiosa contra la sodomía en contra de los oponentes políticos del presente régimen en Malasia. Estas selectivas acusaciones tienen el doble efecto de debilitar el prestigio popular del oponente, y de hacer que sea realmente difícil defenderse ante tal acusación, especialmente teniendo en cuenta que es el propio gobierno el que se encarga de fabricar las pruebas. A muchos personajes les gusta pensar que, como Kuei-jin, están por encima de estas nimias supersticiones humanas, sin embargo, no tener consideración hacia las creencias religiosas locales puede crear problemas mucho más serios que recibir unas cuantas miradas asesinas.

• Muerte e Impuestos: La evasión de impuestos es ilegal en todos los países, pero es endémica en las naciones asiáticas desarrolladas. En los países pobres sin estructuras financieras o bancarias bien establecidas, el gobierno se ve incapaz de apresar a aquellos que no pagan sus impuestos, así que rara vez se molesta en intentarlo (a menos que los personajes se conviertan en auténticas molestias, en cuyo caso es posible solicitar una auditoria y es entonces cuando empieza la diversión). Abogados y contables, registros y recibos, no son el tipo de cosas que piensas van a formar parte de una historia callejera, pero el dinero forma parte de los anhelos de la mayoría de los mortales y las autoridades se toman mucho interés en perseguirlo si encuentran motivos para hacerlo. Guardar libros de cuentas que muestren las cifras correspondientes a pérdidas o a la falta de activos en general, puede permitir que los personajes se libren de estos problemas con relativa facilidad; la clave es tenerlos a mano cuando aparece de forma inesperada el inspector de hacienda.

• Viajar: Las restricciones para viajar son algo con lo que los occidentales tienen poca experiencia. Bases militares y otros lugares importantes están fuera de los límites, pero la idea de necesitar un permiso oficial para mudarse a una nueva casa o para viajar a través del país es realmente extraña para la mayoría de nosotros. En la mayor parte de los países autoritarios asiáticos, como China, Corea del Norte, Vietnam y Birmania, estas restricciones forman parte de la ley. Incluso en países más democráticos como Singapur, Indonesia y Malasia, sus gobiernos se inclinan por tener vigilada a la población cuando se desplaza y hacen que los vecinos se registren ante las autoridades locales. Estas restricciones suponen un inconveniente para los Kuei-jin, una molesta intervención mortal en sus no vidas que alberga la posibilidad de descubrir, inoportunamente, cualquier información sobre ellos. Mientras más restrictivo sea el país, más burocrático se torna, y con los trámites adecuados puedes hacer todo lo que quieras. Un Catayano que quiera una vida libre de problemas y poder desplazarse según su deseo, necesita poder presentar a la policía y a cualquier otro oficial segundón todos los pases y permisos necesarios; debe saber con quién tratar y dónde ir para conseguirlos.

• Artefactos y Arqueología: Los artefactos históricos son una materia delicada en los países asiáticos, muchos se perdieron durante la época del colonialismo, y por ello las leyes acerca de la arqueología y el comercio de artefactos son muy estrictas en estas naciones. Algunos países asiáticos tienen incluso departamentos gubernamentales individuales que disponen de fuerzas policiales encargadas de mantener, proteger y seguir el rastro de sus tesoros nacionales. Los intereses Kuei-jin sobre la historia, el misticismo y el jade, así como su convencimiento de estar por encima de las leyes de la sociedad mortal, hacen que su trato con estos cuerpos sea más complicado que con la propia policía. El comercio ilegal de artefactos es un negocio muy amplio, pero meterse en problemas es un riesgo innecesario para un Catayano que sepa lo que está haciendo. Nuevamente, todo se reduce a los bonitos papeles que tanto gustan a los mortales. ¿Quieres transportar un buda de oro de Bangkok a Manila? No hay problema si tienes el permiso de exportación necesario. ¿Necesitas excavar en las ruinas de un templo en Manchuria? Consigue el permiso de cierto oficial y puede incluso que los mortales hagan le trabajo por ti.

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