En los Espejos Rotos siguen teniendo vigencia las leyes del mundo mortal, pero no las Yomi. Aún así, sólo un Kuei-jin descuidado o no muy listo utilizará sus poderes místicos en estos contaminados lugares, ya que lso resultados, incluso de acciones aparentemente inocuas, pueden ser una eternidad de sufrimiento en el mismo Yomi. Hay también muchos residentes que poseen excepcionales poderes o que son poseídos por extraños espíritus, seres cuyas acciones tienen tanta influencia Yomi como del mundo mortal.
No hay un indicio físico apreciable que indique cuándo se está entrando en un Espejo Roto, como tampoco hay una dificultad especial para hacerlo. De hecho, millones de mortales entran en estas regiones cada día para trabajar en mecánicos empleos o volver a la miseria en la que viven. Más conscientes de su naturaleza que los mortales, los Kuei-jin sí pueden apreciar un sentimiento de maldad en las zonas infestadas. Puedes pedir a los jugadores que hagan tiradas de Percepción + Consciencia o Percepción + Enigmas para ubicar con exactitud el sentimiento, pero todos los Catayanos sienten que su P'o se remueve en su interior.
La primera vez que un personaje experimenta esta sensación, el jugador debería hacer una tirada normal de la Naturaleza de la Sombra. En los Espejos Rotos no es posible encontrar Chi normal, sino sólo Demoníaco o tan corrompido por el sufrimiento como para ser un equivalente suyo. Este predominio de Chi Demoníaco otorga algunos poderes al P'o de un Kuei-jin mientras esté dentro de un Espejo Roto. El Hun se enfrenta a una penalización de dificultad de +2 en todas las tiradas de Naturaleza de la Sombra; una vez que falla una, el P'o sigue mandando al menos hasta que el Kuei-jin abandone el Espejo Roto. Un P'o realmente astuto puede llegar a darse cuenta de esto y tratar de mantener el mando, pudiendo hacerse con el control durante varias noches. El Chi Demoníaco puede ser refrescado tan rápido como un Catayano lo desee, pero alimentarse requerirá una tirada de Naturaleza de la Sombra. El Chi contaminado es tan rico en poder Demoníaco que consumirlo provoca el ascenso del P'o.
Los akuma se deleitan con la corrupción de los Espejos Rotos, y los poderes adicionales que obtienen a través de la proximidad de los Reinos Yomi les hace ser unos oponentes increíblemente peligrosos. Los akuma inteligentes han aprendido a construir bastiones dentro de estas corrompidas regiones, fortalezas a las que replegarse si se ven amenazados o lugares perfectos desde los que tender emboscadas a inocentes enemigos. Más de un Kuei-jin ha encontrad su Muerte Definitiva cuando el akuma al que había estado cazando, cambia de repente las tornas en el favorable terreno de un Espejo Roto. El jugador del akuma obtiene un bonificador de dificultad -1 para todos los poderes, -2 si el infernalista sirve al Rey Yama que controla el Espejo Roto. En caso de poder absorber Chi por vía ósmosis o por aliento, el akuma podrá tomar tanto Chi Demoníaco como desee. Esto le hace muy peligroso, deberías avisar explícitamente a tus jugadores antes de convocarles a una noche de caza demoníaca en un Espejo Roto (o, al menos, otorgarles una vía de escape).
Hasta ahora, los Espejos Rotos no han aparecido cerca de Nidos de Dragón. Se desconocen las razones de este hecho, aunque algunos Kuei-jin mantienen que el flujo natural de Chi de estos lugares no permite la acumulación de la contaminación que se requiere para edificar el puente al Yomi. Rangda y Mikaboshi estarían encantados de ser capaces de expandir los Espejos Rotos bajo su dominio para que incluyesen a estos poderoso lugares; las probabilidades que tendrían de corromper el Chi de regiones enteras suponen una posibilidad demasiado tentadora como para ignorarla. En Tokio, por ejemplo, la lucha entre los secuaces de Mikaboshi en Shinjuku y los shen que protegen el gran Nido de Dragón situado bajo el palacio imperial en Kanzai, no ha hecho más que comenzar, pero promete ser una brutal batalla de exterminio a ultranza.
Las inmorales depravaciones de los espías Yomi pervierten a los mortales que habitan estos corrompidos lugares. Violencia, lujuria, desesperación y todos los peores rasgos humanos multiplicados, acompañados de asesinatos, violaciones, robos y suicidios, se convierten en la triste realidad en un Espejo Roto. Fiestas de vicio, violencia doméstica, incesto, traicioneras puñaladas por la espalda y la pura malicia son actos reflejos para muchos vecinos; incluso surge entre ellos el canibalismo. Cualquier concepto de moralidad humana o mandato del Cielo se desvanece bajo la bruma de odio, dolor y el sinsentido de la existencia. El Chi de estos mortales es contaminado de la forma anteriormente mencionada, y su corrupción les hace ser especialmente susceptibles a la posesión por parte de espíritus Yomi. Algunos Kuei-jin alegan que, en cualquier caso, no hay muchas diferencias entre los mortales que viven en estos pequeños Infiernos y los bakemono.
Los bakemono son muy peligrosos en el interior de un Espejo Roto, principalmente debido a que no puede acabarse con ellos de forma definitiva. En cualquier otro lugar del mundo mortal, al matar al anfitrión que el espíritu Yomi ha infestado se acaba también con el propio espíritu (o al menos se le envía, gritando, de vuelta al Infierno); en un Espejo Roto, con los poderes Yomi tan próximos, los espíritus simplemente saltan hasta otro objetivo. Una vez destruido el anfitrión, una tirada con éxito de Fuerza de Voluntad (contra una dificultad de 8) permite al bakemono tomar posesión de otro cuerpo mortal. Mientras más alto sea el número de éxitos, menos tiempo necesitará. Su valor exacto lo decidirá el Narrador; debe emplear el dramatismo del momento y la fortaleza de los personajes, como mejores factores para determinar si el bakemono acaba poseyendo al ignorante que observa la pelea desde su despacho, que salta entonces inmediatamente a la refriega.
La única solución a este dilema es atraer al bakemono fuera del Espejo Roto, donde imperen las reglas del mundo mortal, o entrar en el Mundo Yomi y destruir al espíritu allí. Los bakemono son numerosos en los Espejos Roto debido a que los espíritus demoníacos pueden entrar en el Yomi con relativa facilidad, y tanto Mikaboshi como Rangda otorgan múltiples usos para sus endemoniados servidores. Desde policías, a la señora encargada de preparar el té en el trabajo, los personajes podrán encontrar a embrujados demoníacos en todo estrato social, a veces con el único propósito de aumentar el sufrimiento de los habitantes, incluso a través de nimios actos de mezquina crueldad como expender tickets del parking o servir un té horrible. Sin embargo, a pesar de su número y sus poderes, los bakemono suelen actuar con relativa sutileza. Los Reyes Yama saben que el tiempo está del otro lado, aparte de tratar de frenar intentos de reparar el Muro en los Espejos Rotos, son felices dejando a los mortales condenarse a sí mismos, mientras sólo les dan un ligero empujoncito.
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