-Anuman Chah, Los Tres Libros de Sangre.
No todas las Guerras de Medianoche tienen un vencedor evidente. A veces los líderes son asesinados, pero sus seguidores sobreviven. A veces sale a la luz una evidencia nueva que cambia la situación. A veces, un nuevo y mayor enemigo surge. ¿Cómo puede un Kuei-jin cambiar su camino una vez se ha dirigido a los Cielos y los Infiernos? Pese al Sexto Reparo de la Guerra de Medianoche, "acepta la rendición honorable de cualquiera salvo los akuma", es muy raro que una Guerra de Medianoche termine sin la completa destrucción de uno de ambos bandos. Muchos en el Reino Medio creen que rendirse nunca puede ser honorable y preferirán morir a inclinar sus cabezas ante aquellos a quienes una vez llamaron enemigos. Ello es así también entre los siervos, que sienten que han de luchar las batallas de sus señores mientras sean capaces... o quitarse la vida como expiación por su fracaso en proteger a sus maestros.
Mercenarios y aliados disponen de mayor libertad, pues la guerra no les atañe en realidad. Si un bando ha perdido, aquellos que fueron sus aliados pueden retirarse en paz, y nadie honestamente cuenta con que los mercenarios y otras tropas contratadas permanezcan por allí una vez no hay más dinero para ellos. Por otra parte, a veces los mercenarios encuentran el lugar de su más reciente empleo más agradable que las tierras de las que vinieron y necesitan ser incitados a regresar a casa. Alguna que otra vez, a causa de un malentendido o de la argucia de otro, dos wu descubren que están en guerra el uno con el otro sin una buena razón. Se trata de una situación trágica, pues no hay una forma honorable de que suspendan el conflicto. De vez en cuando, un wu se rinde ante el otro, aceptando el deshonor como el precio por hacer lo correcto. Con menos frecuencia, un lado abandona, volviendo la espalda a la tierra de sus ancestros y la sociedad de las cortes para convertirse en heimin. Por lo general, la guerra simplemente prosigue hasta que un lado u otro es por desgracia vencido.
Otra circunstancia que puede interferir en la consumación de una Guerra de Medianoche es la aparición de otra amenaza que una temporalmente a las casas en guerra... pero sólo temporalmente. Si las casas trabajan en equipo porque están de acuerdo en que la nueva amenaza es más odiosa que su contrincante o porque un bando se niega a dejar que otro destruya a su enemigo declarado, esta alianza se caracteriza por relaciones penosamente formales, con la posibilidad de traición oculta detrás de cada movimiento. Tan pronto como la amenaza exterior ha sido despachada, la guerra se reanuda, como si nunca se hubiera detenido.
La Alabanza a los Cielos tiene un sentido muy diferente cuando la guerra no termina en completa victoria. A causa de estas posibles complicaciones, a las cortes les disgusta que una Guerra de Medianoche no acabe con claridad, y la sensación de alboroto inminente puede añadir muchísima tensión a la atmósfera política de una corte. Durante toda la celebración, los miembros de la corte esperan que subordinados vengativos ataquen de pronto a los que asesinaron a sus señores o que el antiguo ausente de quien todo el mundo está hablando en voz baja aparezca con un ejército de fantasmas. La poesía y el festejo sigue allí, pero todos los presentes dedican más tiempo a mirar por encima de sus hombros que a disfrutar de las celebraciones. Tales festejos con frecuencia presentan demostraciones de proeza marcial y otros pretextos para tener las armas a mano. Tales exhibiciones nunca incluyen hazañas místicas, sin embargo... el Chi podría ser preciso más tarde. Si la situación es particularmente incierta, wu escogidos pueden ser llevados a participar en el festejo en el jardín o los balcones... u otras posiciones donde puedan actuar como centinelas durante todo el jolgorio.
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