Durante toda la historia del Reino Medio, pocos aspectos de la etiqueta han estado tan sujetos a cambios como la manera en que un Kuei-jin desafiaba a otro en un combate honorable. En las cortes de los Bishamon, antes de la llegada de los primeros Genji, simplemente sentarse con un pie apuntando hacia otro Kuei-jin era considerado como un desafío, mientras que en la Corte del Tigre Blanco, consta que los desafíos tenían que hacerse con los fantasmas de los ancestros del oponente en lugar de con el oponente mismo. El desconocimiento de tales costumbres causó muchas batallas no buscadas, por cuanto los visitantes incurrían con demasiada facilidad en alguna mínima violación de la etiqueta. En el moderno Reino Medio, hay tres maneras comunes por medio de las cuales se declara un desafío: la Comunión de los Tigres, el Canto de los Gallos y la Indicación a los Perros.
• En la Comunión de los Tigres, la forma de desafío más civilizada, los dos contrincantes se reúnen en privado y discuten tranquilamente sus diferencias. Si encuentran que deben librar una lucha honorable para resolver su conflicto, buscan un mediador y siguen adelante a partir de ahí. Los antiguos alaban a menudo a quienes actúan con tal discreción, pes es lo menos perturbador para la corte en conjunto.
• Cuando una parte contradice o insulta en público de manera que la otra se ve obligada por su honor a responder, se conoce como el Canto de los Gallos. La naturaleza de tales insultos varía de corte en corte. En las Cortes Verdes, se ofrece un pañuelo como regalo al oponente. Entre los Bishamon, se apunta con la espada desenvainada al otro pretendiendo limpiarla. En la Corte de la Sangre, el desafío debe surgir al cuestionar el decoro del otro. Otras cortes tienen sus propias tradiciones. Una vez el desafío ha sido declarado, el desafiado debe exigir una Guerra del Crepúsculo o aceptar una grave pérdida de prestigio. Hay, claro está, excepciones. Un Catayano suficientemente anciano puede hacer caso omiso al desafío de un joven cachorro sin repercusiones; semejantes pérdidas de tiempo son bruscamente rechazadas por todos los implicados, y el improcedente retador es quien queda desprestigiado.
• Cuando un antiguo de la corte ha llegado a cansarse de la aparente enemistad entre dos Kuei-jin, le está permitido ordenarles que vean a un mediador y empiecen una Guerra del Crepúsculo antes de la próxima luna llena. Esta orden se llama Indicación a los Perros y dice bien poco en favor de los Gui Ren a los que se atañe, pues si fueran verdaderamente honorables, habrían visto la necesidad de tal acción por sí mismos o habrían mantenido su rivalidad dentro de los límites del decoro.
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