-Jian Shang.
Durante cuatro Edades, el Reino Medio ha dominado el continente de Asia como un mundo en sí mismo. Durante milenios, las tierras desde Mongolia hasta Borneo y desde Hokkaido hasta Xinjiang han comprendido todo lo que conocíamos, todo lo que queríamos conocer, todo lo que necesitábamos conocer. En la Tercera Edad, ¿quién podía imaginar lo que se extendía más allá de estos confines cuando maravillas tales como el gran Fuji-san, el glorioso Wat Po, el misterioso Huang Shan y otros mil prodigios se encontraban dentro de ellos? En la Cuarta Edad, ¿quién podía permitirse el tiempo de escuchar el farfullar de bárbaros acercándose? Nuestros ancestros llamaron a este lugar hogar, y toda sabiduría y belleza se hallan dentro de el. Mas aún si volvimos nuestras espaldas al resto del mundo, éste no nos volvió la suya. Primero por tierra, y luego por mar, gaijin y gweilo, los hombres pálidos de las tierras de allende el sol poniente llegaron a nuestras costas, ávidos de especies y oro.
Tratamos de ahuyentarlos. Tratamos de cerrarles nuestras puertas. Pero regresaron, y volvieron de nuevo, trayendo cada vez más hombres, diferentes ideas, nuevos artefactos. Y ahora están aquí. No se irán. Aunque no les pedimos que vinieran, son una parte del futuro del Reino Medio. En los últimos cinco siglos, el sector mortal del Reino Medio ha sido poco menos que invadido por ideas occidentales. Los hombres de negocios visten trajes en lugar de yakutas o chogon y paji. La gente habla sobre la democracia, Madonna y béisbol. Teléfonos móviles, autos, televisión y Coca-Cola por todas partes. No, ésta ya no es la Cuarta Edad. El Reino Medio ya no es el mundo entero. Pero no deberías sorprenderte cuando te digo que la mayoría de nuestros mandarines no entienden ninguno de estos hechos. Nuestros mandarines y ancestros observan que hay un cambio, pero lo consideran sólo como la vuelta de la Gran Rueda, el cambio de una Edad a otra y luego a la Edad más allá de aquélla. Ven a los gaijin como apenas distintos de los akuma, como demonios que llegan desde más allá de las montañas o los mares en vez de desde el Mundo Yomi. Todavía no se dan cuenta de que estos gaijin son hombres diferentes, no demonios diferentes, que lo que están haciendo no es distinto del antiguo plan de China para dominar la guerra de Vietnam o la guerra de Japón con China. Estas son guerras de gente, no guerras de demonios. Y mientras no comprendan esto, el Reino Medio está condenado.
Nuestro ancestros y mandarines continúan actuando como si ésta fuese la Cuarta Edad, como si la tradición fuese la solución para todos los infortunios de los Kuei-jin. No entienden que estas tradiciones son lo que llevó al Reino Medio donde está ahora, con los Reyes Yama haciéndose más fuertes cada noche; los Nidos de Dragón debilitándose y cayendo más y más dentro de los mundos invisibles; el odio, la polución y los así llamados Cien Vicios Prohibidos envenenando al pueblo. Si hemos de ver el otro lado de este gran ciclo, no tenemos otra elección que cambiar nosotros mismos también. No me malinterpretes. No estoy diciendo que deberíamos imitar a los occidentales, siguen siendo bárbaros en muchos aspectos, después de todo. Debemos aprender de ellos, sin embargo. Debemos conocer sus poderes y usar la sabiduría que nuestros ancestros han olvidado para evitar sus fallos. Debemos moldear su ciencia de acuerdo con nuestro espíritu. Cuando hayamos hecho eso, tendremos la fuerza, el Chi, para abrirnos paso a zarpazos más allá de la Sexta Edad y hacia un mejor mañana.
Pero no estamos preparados todavía. Ancestros, mandarinas y jina obstruyen nuestro camino; las tradiciones ineficaces y autodestructivas permanecen inamovibles en nuestra sociedad, y los Kuei-jin del Reino Medio carecen de la visión para llevarlas más allá de la Sexta Edad. Si no podemos encontrar esa visión, si no podemos aprender nuevos caminos, si no podemos hallar líderes que nos lleven adelante, caeremos ante los Reyes Yama, y el Reino Medio se enfrentará a una muerte viviente eterna en la forma de la Sexta Edad. Así que es nuestra elección: podemos seguir a nuestros antiguos a un futuro donde el Reino Medio y el Mundo Yomi son como uno, o podemos tomar el control de nuestros propios destinos y encontrar nuestro propio camino a un glorioso futuro. No importa lo que digan los antiguos, la elección es tuya. En cuanto a mí, sabes lo que he elegido.
Un Mejor Mañana
En muchos aspectos, el Reino Medio se encuentra aparte del resto del Mundo de Tiniebla: su historia ha estado separada a lo largo de toda la antigüedad. Sus sociedades se basan en distintas filosofías. Monstruos desconocidos en cualquier otra parte acechan en las noches del Reino Medio. Mas a pesar de estas diferencias, el Reino Medio tiene asimismo mucho en común con el resto del mundo. El pueblo necesita comer. Los políticos son corruptos. Y los jóvenes y los viejos simplemente no están de acuerdo. En medio de las batallas más notorias, las libradas contra los Reyes Yama, los gweilo y las cortes rivales, los Kuei-jin luchan en otra batalla, una entre la vieja guardia y los recién vueltos del Yomi. Durante Cinco Edades, el Reino Medio ha sido una tierra de tradición y reverencia para con las viejas formas. En esta Quinta Edad, empero, aquellos que han entrado hace muy poco en las filas de los Kuei-jin ya no creen que las viejas costumbres sean el único camino, y se hallan deseosos de luchar para demostrarlo.
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