Con las fuerzas envueltas contadas, los oponentes pueden establecer un límite de pérdidas asumibles o especificar un precio que el ganador puede reclamar, aunque tales costumbres son más corrientes fuera del Quincunx. Finalmente, una vez los Preceptos han sido determinados, el mediador y los oponentes anuncian su Guerra del Crepúsculo a la corte, y a partir de entonces todo se desarrolla de la forma acostumbrada. En esta clase de Guerra del Crepúsculo, más que en ninguna otra, es importante tratar de conservar el favor de la corte, pues la naturaleza abierta e indirecta de la guerra proporciona sobrada oportunidad a los otros miembros de la corte para expresar sutilmente sus opiniones acerca de los xuezhe. Ciertamente, en muchos lugares se considera que ajustar el curso de una Guerra del Crepúsculo es un arte en y por sí mismo. Por supuesto, tal injerencia debe ser realizada con la mayor discreción y sutileza: denota la mayor torpeza que uno de los combatientes averigüe quién está jugando con su Guerra del Crepúsculo. En tales casos, el entrometido habrá de cumplir con un servicio aún más importante a favor de la parte agraviada. Muchos adversarios se encuentran dedicando mucho tiempo a mantener su popularidad en la corte, aunque sólo sea para impedir que indeseados diletantes les pongan las cosas más difíciles. Al igual que con el Blandir de la Espada, muchos miembros de la corte hacen apuestas sobre el resultado y el desarrollo de la Guerra del Crepúsculo. Se considera en extremo poco honorable que un Kuei-jin se entrometa y apueste al mismo tiempo.
Aunque parecería que lo más sencillo para los oponentes sería simplemente enfrentar sus Pantallas Escarlata una contra otra y ver quién sale vencedor, tal práctica sólo la emplean principalmente, y los xuezhe a menudo se toman grandes molestias para mantener a sus fuerzas a parte. En lugar de eso, los alumnos se centran en la manipulación de terceras partes y en mover los hilos detrás del escenario. ¿Por qué arriesgar la propia banda cuando se puede implicar con engaños a la de un adversario en una lucha con la policía? Aún mejor es disponer que un ambicioso teniente de policía introduzca un instigador en la banda del oponente que le incite a atacar a otra de sus propias bandas. El refinamiento de la maniobra se juzga en términos de causar el máximo daño a los recursos del contrario con la mínima actuación posible. En la mayoría de los casos, se informa al mediador de los planes anticipándole tales argucias. Sería indecoroso ganar una Guerra del Crepúsculo enteramente a través de la intromisión exterior o el azar: además, la mayor parte de los Kuei-jin desean que quede constancia escrita de sus astutos planes para recibir el reconocimiento que merecen por su ingenio.
A no tardar mucho, uno de los xuezhe ve sus recursos explotados todo lo que está dispuesto a acepta (o talmente diezmados) y se ve forzado a rendirse. La rendición oficial se hace ante el mediador, pero habitualmente también tiene lugar ante el vencedor con la esperanza de prevenir más pérdidas. La forma de rendirse varía de un lugar a otro, desde los poemas ceremoniales ensalzando la superioridad del vencedor populares por todo el Quincunx, pasando por el envío de un trofeo designado en los Preceptos según es costumbre en las Cortes Doradas, hasta el presente de una katana rota preferido en Japón. Una vez la rendición se declara al mediador y el vencedor ha sido informado, sólo los más bajos y menos honorables Kuei-jin continuarían el ataque y se arriesgarían a ganarse la desaprobación de la corte. Ha habido varios casos en los que terceras partes, a veces akuma, han interceptado el símbolo de rendición, provocando que el vencido creyera que el vencedor estaba actuando de forma poco honorable y respondiera con más violencia directa. En tales ocasiones, se ha hecho mucho daño antes de que la parte culpable haya sido descubierta.
Una vez el vencedor ha sido oficialmente reconocido como tal, se fija la fecha de la Revelación a los Cielos. El perdedor debe ofrecer al ganador cualquier trofeo que haya sido nombrado en los Preceptos, sea el control de una Pantalla Escarlata o de alguna otra institución, se entrega por lo común una escritura o alguna prenda que lleve el emblema de la organización en vez de traer a los mortales implicados a la corte. Cualquiera que se haya entrometido en la Guerra del Crepúsculo se espera que entregue regalos anónimos a los Gui Ren envueltos como una disculpa por el problema que pueda haber causado. Se considera en extremo mal educado tratar de descubrir de quién proceden esos regalos. Ambos xuezhe habrán de alabar el honor y la sabiduría del otro y jurar que todas las diferencias están perdidas en el pasado. Más incluso que en el caso del Blandir de la Espada al Mediodía, el comportamiento de los xuezhe es examinado a lo largo de todos los festejos, y las ostentaciones descorteses son vistas como signos inequívocos de futuros problemas. "Celebraciones" particularmente desafortunadas pueden dar lugar a medidas preventivas por parte de los ancestros y asistentes similares.
En algunos raros casos, los oponentes de una Guerra del Crepúsculo de esta naturaleza han desarrollado una inesperada admiración y respeto mutuos. Los xuezhe implicados a menudo afirman haber sido vencidos por el honor del otro. Las derrotas recíprocas de tal clase son siempre vistas como acontecimientos de buen auspicio, y la corte con frecuencia celebra un festejo especial llamado el Eclipse de la Ira. En tales ocasiones, ambos xuezhe son abiertamente alabados, pero el mediador es la auténtica estrella, pues a través de sus esfuerzos esos contenientes se han convertido en aliados. Todo mediador que haya ocasionado dos o más Eclipses de la Ira es ciertamente elogiado por todo el Reino Medio.
El Claro de las Nubes en el Ocaso de una Guerra del Crepúsculo
A pesar de su larga enemistas, Nguyen Dhom-phu y Khuc Nguyet han escogido obrar con honor y zanjar sus diferencias mediante la Estocada al Corazón en el Ocaso. Yo, Nguyen Hanh, he sido invitado para servir como intermediario. Dhom-phu trae dos Pantallas Escarlata para la batalla: El Gi Do y las Ocho Garras Rojas. También trae la Patrulla edl Río Dong Nou. Acepta la morada de su patrulla y sus dos almacenes como refugios y fuertes. Nguyet trae tres Pantallas Escarlata a la batalla: los Hijos de Minh, los Relámpagos Danzantes y el Mono de Tres Manos. Jura que sus restantes Pantallas Escarlata, la Maldición del Loto y los Puños de la Victoria nunca tomarán parte en la Guerra del Crepúsculo. Acepta el complejo de túneles al norte como refugio y fuerte.
Han elegido luchar hasta que uno se rinda. En ese instante, el vencedor puede reclamar una de las Pantalla Escarlata empleadas por el perdedor, si alguien sobrevive. Tanto Dhom-phu como Nguyet han jurado actuar con honor y no atribular a la Corte del Dris Perdido con su batalla ¡Que el Joss favorezca al justo!
0 comentarios:
Publicar un comentario