Las Tres Garcetas Doradas

Antes de contarse entre los Wan Xian, Fa-tang, Jin y Jing eran amigos del poblado que un día se convertiría en la ciudad de Xanxingdui. En su iniciación dentro de las filas de los inmortales, se juraron el uno al otro que servirían juntos a la Augusta Personalidad de Jade, y juntos morirían cuando sus servicios ya no fueran necesarios.

Adoptaron entonces el nombre de las Tres Garcetas Doradas. Tras cinco siglos batallando con demonios, las Tres Garcetas Doradas averiguaron que la horda de infernales criaturas que habían estado atormentado Qin-ling era dirigida por Srimaung, un general de los Reyes Yama, y proclamaron que lo verían caer. Por desgracia, no podían ponerse de acuerdo sobre el plan para conseguirlo.

Jin quería que los otros dos trabaran batalla con los ejércitos demonio mientras él daba un rodeo sobre su ki-rin y prendía a Srimaung por la retaguardia. Fa-tang insistía en que un asalto directo de los tres a la guarida de Srimaung era la única línea de acción posible. Jing estaba convencido de que triunfarían si Fa-tang fingía un ataque a la ciudadela para desviar las tropas de Srimaung mientras Jin y Jing se deslizaban dentro del cubil del demonio y lo tomaban por sorpresa.

Puesto que las Tres Garcetas Doradas habían jurado servir a la Augusta Personalidad juntos, no podían empeñarse en un duelo a muerte, pues que uno de ellos matase a otro rompería su juramento. En ves de eso, Jing sugirió que compitieran en una justa, y el vencedor de la misma determinaría cómo atacarían a Srimaung. Tras algo más de reflexión, las Tres Garcetas Doradas idearon un plan. Partirían en la noche de luna llena, cada uno mataría tantos demonios como pudiera durante el siguiente mes, y cuando se reunieran de nuevo en la próxima luna llena, quien hubiese matado más demonios sería declarado vencedor. Tras un mes de cacería, Fa-tang había matado treinta y cuatro demonios, Jing treinta y siete y Jin cuarenta y dos. Tras tres noches de celebración, las Tres Garcetas Doradas salieron en camino hacia la guarida de Srimaung, donde todo se desarrolló según el plan de Jin, y cuando regresaron, Jin llevaba la cercenada cabeza del general demonio mientras cabalgaba triunfalmente su ki-rin.