-Proverbio tradicional chino
La mayor parte de las estrategias pueden hacerse incluso más inesperadas y devastadoras si el Kuei-jin desea firmar alianzas con fuerzas peligrosas tales como Rompenombres, Kin-jin o demonios. Los Kin-jin se hallan siempre deseosos de intercambiar favores por una oportunidad de extender su influencia. Ciertos Rompenombres ofrecen con gusto a los Catayanos armamento devastador, ya sea tecnológico o místico, a cambio de "una pequeña ayuda en un tiempo posterior" o incluso el cuerpo del enemigo vencido. La mayoría de los Kuei-jin se dan cuenta de que buscar esta ayuda puede ocasionar serios apuros o desventajas en el futuro... pero algunos están desesperados, son necios o lo bastante codiciosos para decidir que el precio vale la pena.
Aún más apurado está el Kuei-jin que invita de manera voluntaria a demonios a la guerra. Aunque sus poderes son impresionantes, sólo un Catayano de asombrosa arrogancia o estupidez puede creer que será otra cosa que un siervo después de buscar la ayuda de la progenie de los Reyes Yama, y es de entre las filas de tales locos de donde salen muchos de los akuma. Los Reyes Yama pueden ayudar a un Kuei-jin en guerra de varias formas. Pueden enseñar nuevas Disciplinas. Pueden ofrecer rituales que contaminen el Chi de una región de manera que cuando el enemigo se alimente sólo su P'o obtenga sustento. Los moradores de los Diez Mil Infiernos pueden incluso proporcionar infantería diabólica u ofrecer la ayuda de otros que ya están bajo su control. Aunque todo lo anterior puede inclinar la balanza de la guerra hacia la derrota del enemigo, es poco probable que el campeón que se valga de tales bazas se considerado realmente victorioso. Una vez que el Catayano ha ganado la guerra, a menudo se encuentra con que ha adquirido una pesada deuda con los Reyes Yama.
Si intentase eludir esa deuda, no tienen sino amenazarle con revelar su intervención (y dejar de ayudarle cuando el resto de sus compañeros de corte empiecen una Guerra de Medianoche contra él) para doblegarle a su voluntad. Pague su deuda o no, el Catayano nunca queda libre de su dominio. Siempre pueden revelar su anterior ayuda o disponer que se presenten otras situaciones en las que el Kuei-jin deba buscar más ayuda suya. Dependiendo de sus caprichos, incluso pueden alejar al Kuei-jin fuera del Reino Medio apara una breve estancia en el Hiruko, el Infierno de los Inefables Deleites, para demostrarle los otros beneficios que se derivan de la servidumbre eterna. Para un Kuei-jin que ha buscado la ayuda de los Reyes Yama, algunos creen que la única forma de escapar de su yugo es la muerte. La mayoría piensa que incuso Encarar el Ojo del Cielo no es suficiente.
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