Una de las ironías del Reino Medio es que el Takeouji, tal como es en la actualidad, surgió de la Corte de la Llama de Hong Kong, la más dedicada a expurgar todas las influencias occidentales del Reino Medio. El encuentro fortuito de Maoxian Mao, una entregada cazadora de Kin-jin, y Watanabe Kimiko del clan Genji llevó a ambas a comprender la futilidad de la ciega adhesión de la corte a las tradiciones de otra Edad. Operando todavía según sus antiguos papeles, las dos comenzaron a registrar activamente la estulticia e ineficacia de muchas de las formas de las cortes y establecer alianzas con Kuei-jin que encontraron que compartían sus puntos de vista. Hacía el final de la década de los 60, desarrollaron una red de cincuenta Kuei-jin, la mayoría en Japón y Hong Kong, más ninguna estrategia sobre cómo cambiar las cosas.
Entonces Burakumin salió a escena con su manifiesto sobre la Nueva Edad Moderna y resolvió a todas las cortes. Un destacamento especial Genji siguió la pista hasta Watanabe-san, y todos los Kuei-jin japoneses se lanzaron a la garganta unos sobre otros con Watanabe en medio. Menos de una semana después, Burakumin golpeó de nuevo, esta vez con un discurso a través de la radio en Taipéi, y todo el mundo estuvo de acuerdo en que no había sido Watanabe, pues había sido encarcelada por los Bishamon de Kioto. Los Genji exigieron disculpas y la liberación de Watanabe-san, y durante dos semanas en agosto de 1968, pareció que los Bishamon y los Genji irían a la guerra. Tras una serie de declaraciones encendidas en Hong Kong, los Clanes del Sol decidieron que Burakumin era el problema del Quincunx y Watanabe fue liberada.
Watanabe huyó de Japón y se echó a la carretera, continuando con sus funciones como diplomática y predicadora. Mao se trasladó a Singapur (apenas comenzado su ascenso hacia al modernización y lo bastante lejos de las cortes de los dame-sama para ser seguro) y comenzó a consolidar su centro de poder. Aunque Burakumin nunca dijo de manera explícita que Mao y Watanabe fuesen sus aliadas, la fama de éstas se extendió, y los Monos Corredores desafectos empezaron a buscarlas para liderar al grupo que habían llamado los Príncipes de Bambú. Durante las dos décadas que siguieron, Mao y Watanabe hablaron con los descontentos, batallaron contra akuma, lucharon por templar la tradición con innovación e inclinaron sus cabezas lo suficiente para evitar la solemne ira de las cortes. En el transcurso de sus viajes, Watanabe descubrió que tenía aliados en lugares que nunca había visitado, jóvenes Kuei-jin que hallaban verdad en las palabras de Burakumin. Ni Watanabe ni Maoxian Mao han pretendido nunca haberse reunido con Burakumin pero sí se han preguntado en público quién es su misterioso aliado.
En 1991, Watanabe desapareció mientras viajaba de Okinawa a Taipéi. Aunque ninguna corte se ha atribuido el mérito de su desaparición, la mayoría de los Príncipes de Bambú sospechan de la Corte de la Llama. Su desaparición fue seguida por un repentino ataque contra los Kuei-jin conocidos por simpatizar con los Príncipes de Bambú. Muchos de los ataques parecían concentrarse en torno a negocios o gente con vínculos en Hong Kong, aumentando las sospechas sobre la implicación de la Corte de la Llama. Los Takeouji se tomaron la revancha contra los Kuei-jin de Hong Kong, enfurecidos por la desaparición de Watanabe y las subsiguientes agresiones. El resentimiento y la desconfianza entre los Príncipes de Bambú y los Kuei-jin de Hong Kong persisten hasta hoy día.
Desde entonces, los Príncipes de Bambú han estado ocupados forjando su poder, estableciendo alianzas, luchando contra los Reyes Yama y tratando de lograr que los mismos antiguos entiendan que su camino conduce directo a la Sexta Edad, pero no más allá.
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