-Proverbio tradicional chino
Siempre hay lugar para la innovación y las tácticas inesperadas, incluso en un ámbito tan reglamentado como la Guerra del Crepúsculo. Solamente es importante considerar lo que puede hacerse sin parecer poco honorable. Aunque sería ciertamente indecoroso hacer intervenir a unos mercenarios no mencionados para aumentar las Pantallas Escarlata especificadas a través de los Preceptos, si el oponente desconoce que una de las Pantallas Escarlata dispone de un par de servicios especiales operativos dentro de ella, ello sólo supone una pobre investigación por su parte. De forma similar, olvidar mencionar un depósito de armas oculto en el casino es estúpido, pero no explicar que el servicio de investigación está trabajando en sedantes transmitidos por el aire entra en la esfera de lo plausible. Un xuezhe precavido debería recordar siempre preguntar cosas como "¿Dispone la banda de miembros especialmente entrenados?" o "¿Qué está siendo investigado en ese servicio?" El honor es importante, pero nunca ha tenido la finalidad de servir de apoyo al estúpido.
Aliados Imprevistos
Uno de los puntos claves de la Guerra del Crepúsculo es la manipulación. Si bien los blancos y metas de la Guerra del Crepúsculo están establecidos en los Preceptos, los medios usados para alcanzarlos no lo están. Con la condición de que la sutileza y la discreción se empleen, cualquier cosa es juego limpio. Los Kuei-jin místicamente poderosos a menudo convocan ayuda espiritual para reforzar sus tropas u hostigar a sus oponentes. Los Catayanos más modernos pueden servirse de camaradas de Internet y contactos de "negocios". De acuerdo con el estilo de la actual Guerra del Crepúsculo, se supone que estos aliados no causarán auténtico daño a las fuerzas del adversario pero las llevarán a cometer errores que las dañen por sí solas. En una ocasión, un joven Mono Corredor consiguió usar a un amigo para vender al banco de su contrincante un software financiero que no evitaba el efecto 2000 y después dispuso la comisión de inspección para hacer una auditoría al banco precisamente por tal causa. El desprestigio del banco bastó casi para proporcionar al Mono Corredor la victoria inmediata.
Cortejando a la Corte
La Guerra del Crepúsculo es en gran medida una forma social de combate, y la tradición de hacer que el antagonista parezca poco honorable o dicho de otra manera, repugnante, ha formado parte de ella casi desde sus comienzos. Esto puede adoptar muchas formas. Algunos tratan de provocar que el oponente pierda confianza al hacerlo impopular en la corte. Otros gustan de hacer que su adversario parezca lo bastante irritante como para que aquellos que disfrutan entrometiéndose en Guerras del Crepúsculo deseen dejarle un par de muescas. La cautela es importante a tal respecto, empero, pues si los miembros de la corte averiguan que han estado siendo manejados, no perderán tiempo ni ahorrarán esfuerzos en desquitarse del xuezhe culpable.
Perder con Elegancia
En ciertas circunstancias, ganar una Guerra del Crepúsculo simplemente no compensa el esfuerzo. En esos casos, un Kuei-jin sabio puede tratar de exprimir la derrota todo lo posible. Puede inventarse alguna heroica misión que le obliga a desatender la Guerra del Crepúsculo en el momento decisivo que permite a su oponente ganar. Puede dejarse engañar convirtiéndose en un objetivo para la intromisión hostil. Puede luchar de forma tan honorable que el oponente sea capaz de conseguir una ventaja abrumadora. En cada caso, no obstante, es importante que el Kuei-jin no parezca débil o incompetente, sino simplemente víctima de las circunstancias. Resulta crucial para esta táctica que cuando el Kuei-jin es vencido actúe con total honor, Alabando a los Cielos por su sabiduría, a su ponente por su astucia y jurando que aprenderá de la Guerra del Crepúsculo y alcanzará incluso mayor iluminación en el futuro. Y si parece haber perdido la Guerra del Crepúsculo mientras obraba en nombre de otro Catayano, su sacrificio muy bien podría granjearle un nuevo aliado. Después de todo, en la Guerra del Crepúsculo, cómo juguetes la partida realmente es lo que decide si ganas o pierdes.
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