Las calles asiáticas más llenas de miseria son un lugar donde no es especialmente complicado hacerse con un blanco fácil. Por ello, es posible que los Narradores quieran incrementar el número de recipientes obtenidos por punto, en caso de que los jugadores estén interesados en hacerse con un rebaño entre los pobres y desesperados. La superstición y la pobreza hacen que las organizaciones religiosas y los fondos para la beneficencia sean dos Pantallas Escarlata sencillas de establecer, y en las que un hambriento Catayano puede ocultarse. De hecho, en las zonas más oscuras y desesperadas de las grandes ciudades asiáticas, los Kuei-jin encuentran pocos motivos por los que tener que disimular su alimentación: aterrorizar a la gente de una barriada hasta la sumisión y alimentarse a voluntad, es una elección común entre los Kuei-jin de estas calles, con los pobres carentes de recursos oficiales para defenderse. Lo mismo ocurre con los desafortunados accidentes que dejan un cadáver destrozado (en los que suelen estar involucrados chih-mei). Probablemente nadie llamará a la policía y, si la víctima no tiene familia que se ocupe del entierro, el cuerpo quedará abandonado en cualquier lugar hasta que los perros callejeros y ratas lo roan hasta los huesos.
Los recipientes de rebaños asolados por la pobreza tienen, no obstante, sus inconvenientes. Mientras más pobre sea el rebaño, más probabilidades tendrá de tener un problema de Chi contaminado (a causa de residuos industriales o de una pobre salud). A esto se le suman los problemas de tener que reponer el rebaño regularmente, cuando la enfermedad, el hambre y la violencia habitual de las calles pasen factura.
Si te gustó o fue útil no olvides compartir
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
0 comentarios:
Publicar un comentario