-Burakumin
Ser Kuei-jin es peligroso. Seguir el sendero del jiang hu, existir fuera de los límites y la protección de las cortes, lo es incluso más. Un Príncipe de Bambú tratando de liberarse de siglos de anacrónicas tradiciones tiene una serie de amenazas de las que preocuparse aún mayor. Los antiguos sobrepasan con mucho a los Takeouji en las artes místicas, y tienen, además, más experiencia en cuanto a tácticas, diplomacia y cualesquiera otras artes relevantes. Los jiang hu tratan de compensar esto con agallas, furor y un mejor entendimiento de las armas modernas. Los Takeouji aportan una perspectiva más global y una apreciación de la erudición moderna al escenario. Todo ello no hace que las vidas de los Monos Corredores sean más seguras, sólo despliega más opciones en tanto aguardan el Chi para empezar a volar.
Algunos Monos Corredores trabajan para la Interpol, los Yakuza o para los Cuerpos Especiales antes de su muerte, pero siguen habiendo pasado menos horas en las trincheras que la corte Kuei-jin. Los dame-sama tienen mayor experiencia cuando se trata de cuestiones eternas del alma. A su favor, los Príncipes de Bambú disponen del conocimiento del nuevo y más occidentalizado Reino Medio y tienen una auténtica percepción del escenario actual. Mas así es como ha de ser, pues ésta es una batalla por el futuro de los Kuei-jin. Si las ideas del futuro no pueden hacer frente a las ideas del pasado, ¿para qué luchan los Takeouji?
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