-¿Tienes un mal día con el Chi?- preguntó Makoto mientras se ajustaba su traje de negocios de forma que el antiguo pudiera ver mejor la pistola en su funda exquisitamente hecha a medida. -¿Te importaría acaso hablar de ello?
Lo primero en la lista es la Protección de Chi. No hay nada ahí fuera que pueda nivelar el terreno de juego tanto como este pequeño truco. Los antiguos han tenido el tiempo de varias vidas para aprender perversas Disciplinas, cosas que convierten las tripas de un Takeouji en polvo, extraen la sangre fuera de sus venas para ahogarlo y aún peor. Los Príncipes de Bambú no han tenido tiempo de aprender todas las tretas de que disponen los eunucos, pero con la Protección del Chi, pueden lanzar las viejas reglas por la ventana. La mayoría de Disciplinas requiere el uso focalizado del Chi. Pero el Chi es algo espiritual, y es condenadamente difícil usarlo si la Muralla es demasiado fuerte. Ahí es donde la Protección del Chi entra en escena: atrae a los dame-sama a algún lugar moderno y refuerza la Muralla. Si el antiguo no está observando, no se dará cuenta de lo que sucede y se sorprenderá horriblemente cuando comprenda que no puede volver la piel del Príncipe de Bambú del revés. Muy oportunamente, a los rifles de asalto y las granadas de mano no les importa lo fuerte que sea la Muralla.
Unas palabras de advertencia: Algunas Disciplinas no necesitan Chi, y algunos dame-sama conocen suertes de usar el Chi con independencia de lo poderosa que sea la Muralla. Como dijo Sun-Li, un Takeouji debería siempre intentar conocer a su enemigo. Otro aspecto a vigilar son los espíritus. No les gusta que la Muralla se haga demasiado fuerte: les hace daño. Cuando el espectáculo finaliza, un Takeouji sabio debilita la Muralla y ofrece a los espíritus alguna pequeña ofrenda por el problema causado.
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