-¡Kuso!- Momo se dio cuenta de que estaba usando aquel maldito Manto Yin de Ocho Pliegues del que Kenji le había hablado. Las balas eran inútiles, al igual que los cuchillos, agujas o cualquier cosa fría. Mientras retrocedía, Momo rebuscaba frenéticamente en los bolsillos de su chaqueta de cuero, suplicando a Buda, Jesús y a cualquier otro que escuchase que hubiera recordado aquel juego de balas incendiarias.
Los Príncipes de Bambú y los Mandarines usan las mismas Disciplinas, pero es más probable que los antiguos hayan estudiado su Shintai más allá de los katas de tercer nivel. Esto fuerza a los Monos Corredores a luchar usando sus poderes de formas innovadoras, o al menos inesperadas, contra las fuerzas del ayer.
La Centella Duende es un poder subestimado. Puede usarse para imitar células fotoeléctricas y cegar videocámaras de manera temporal. Asimismo, con bastante práctica, un Mono Corredor puede usar el destello para hacer creer que tiene una pistola con silenciador. Los Takeouji incluso refieren historias de un kawariman llamado Gamu que llevaba una pistola de juguete sacada de un episodio de Ultraman y engañaba a la gente haciéndola creer que tenía en sus manos una auténtica pistola de rayos procedente de algún laboratorio de investigación en alta tecnología. Funcionó hasta que la gente se dio cuenta de que el "rayo de plasma" de la pistola nunca dañaba en realidad nada.
Algunos Príncipes de Bambú han descubierto también una afinidad hacia el nuevo Shintai del Humo, tal vez como reflejo de sus orígenes a menudo urbanos, tal vez un recuerdo de los cigarrillos a los que muchos de ellos siguen siendo adictos. Aunque el Humo Sin Fuego ha demostrado ser útil para crear distracción y ocultar los movimientos, los Takeouji en verdad aprecian este Shintai a cusa de las Palabras de Humo. Muchos Príncipes han visto las preguntas de un mandarín fácilmente contestadas con esta pequeña joya.
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